Los datos son escalofriantes, en México asesinan a nueve mujeres –leyó bien– diariamente, muchas más son violentadas sexualmente, psicológicamente y laboralmente.

Así es, estimado lector, no le demos vueltas, en este país asesinan a las mujeres por el hecho de ser mujeres.

Puebla se encuentra en el nada honroso tercer lugar a nivel nacional con más feminicidios, tan sólo en este año este delito creció más de 176 por ciento.

Créame cuando le digo que este problema no respeta ni clase, ni puesto ni mucho menos ideología.

En los últimos meses en el Congreso del Estado de Puebla se vive un ambiente hostil en contra de algunas diputadas. Las  llaman focas, las hostigan en el pleno e incluso –el mismo hombre–  tuvo la osadía de decir que “las mujeres piensen antes de abrir la piernas para no dejarse embarazar”, sin duda la violencia de género se encuentra hasta en los más altos niveles de la clase política.

Mientras tanto, aún no damos en el clavo para corregir medianamente este problema. Que si el gobierno y su estrategia de seguridad, que si la sociedad y la forma en la crían a los varones, tristemente no sabemos por dónde empezar ni a quién culpar.

Lo único que les puedo decir  es que a las mujeres nos están matando y nadie, absolutamente nadie, hace nada.

Y me llama la atención que, en nuestro mismo Congreso ocurran estos casos, un diputado sobajando, burlándose y denigrando a las mujeres; cómo vamos a cambiar a Puebla, cómo vamos a cambiar al país cuando nuestros legisladores no saben tener una pizca de respeto y cordura en ese curul en el cual nos representan.

Definitivamente necesitamos más políticas públicas a favor de las mujeres, castigos más severos, pero sobre todo más empatía de la ciudadanía con este gran problema.

Yo quiero sentirme segura, yo no quiero ser violentada, yo quiero que se me respete y creo que así mismo lo quieren miles de mujeres en este país. Cuántas muertas más puede soportar México, no lo sé, pero estoy segura que ninguna.