Su larga trayectoria y reconocimiento en materia de derecho lo acreditan como el jurista exacto que respeta al derecho positivo y sobre todo a las instituciones.

En todos los círculos es reconocido y deja huella como maestro del derecho y como político, pero sobre todo como el personaje abierto al diálogo que sabe  convencer,  no se le sabe que haya recurrido a la ofensa ante un oponente.

Es respetado en todos los sectores políticos, económicos, culturales  y sociales, en un momento en el que hasta en los mismos partidos políticos los correligionarios se atacan con  la ferocidad que sólo los leones y tiburones lo hacen y que resultan tranquilas mascotas ante la belicosidad de los llamados ‘fuegos amigos’.

Su discreción como político y como abogado es reconocida. Por lo que hoy que tiene que ajustar su actuación y presencia a la reglas de la llamada veda electoral no afecta su trabajo y logros porque Pacheco Pulido con cargo y sin cargo siempre es el mismo y reconocido.

Se dice que no hay hombre o mujer perfecta, pero en estos tiempos en que las falsas noticias abundan, resulta insólito que a su figura jamás la hayan denostado.

Las voces coinciden en que ¡qué lástima que sólo sea gobernador por unos meses! Su interinato debió ser para el resto de este sexenio y Puebla y los poblanos estaríamos en paz.

Pero ojalá que el próximo gobernador del partido que sea le reconozca como el hombre que colocó los cimientos para la concordia en Puebla, lo cual no es tarea fácil, cuando los egos y el protagonismo mueven a los personajes de la escena pública.