El comentario a propósito de los nombramientos de los primeros personajes que formarán parte del equipo del gobernador electo Luis Miguel Barbosa, quien fue preciso al advertir que sus colaboradores iban a ser gente no conocida.
Aquí lo importante no es si son conocidos o no, lo trascendente es que se trate de personas dispuestas a trabajar con honestidad y a poner en juego sus conocimientos y responsabilidad; que sigan las líneas trazadas y que aterricen los programas prometidos en la doble campaña que llevó a la primera magistratura al gobernador Barbosa.
Hay que partir del hecho de que la nueva administración va a arrancar con ocho meses perdidos de un sexenio. Es decir, que el gobierno de Luis Miguel Barbosa dispondrá de cinco años y cuatro meses para trabajar.
Como quiera que sea el gobierno que surge de una propuesta de la corriente política de Morena tiene un precioso tiempo para trabajar, cumplir, escuchar y mostrar que su arribo es para servir, como lo ha definido el presidente López Obrador, y romper los añejos moldes del arribo al poder para servirse.
Los poblanos que salieron a votar el domingo 2 de junio votaron por un cambio. Y se confía en que este cambio dé resultados, sin sorpresas que pongan en juego la estabilidad en la que se desenvuelve hoy la vida de Puebla y de los poblanos.
Y ‘aguas’, porque los poblanos que llevaron al triunfo a la propuesta política de Morena ya se saben organizar, disentir, protestar y decidir cuando las cosas no resultan y cuando se desvían del objetivo original.
Estos poblanos hoy solo exigen que se cumpla con la palabra empeñada de respeto a quienes disienten.
Después de seis gobernadores en ocho años los poblanos quieren paz, orden, recuperar la seguridad perdida y congruencia entre lo que se prometió y lo que se hace.