Pero las cosas han llegado a tal grado que hoy los elementos de seguridad que resguardan el inmueble se cuelgan un rosario al cuello, tienen una botella con agua bendita, encienden veladoras y cargan estampitas con imágenes religiosas buscando protegerse.
Narran que ocurren cosas que enfrían y congelan hasta al más incrédulo que ve cómo se encienden y apagan las luces, vuelan objetos ligeros sin que haya corrientes de aire, se escuchan ruidos como si alguien arrastrara objetos y un eco de voces como si alguien sostuviera una conversación, entre otros fenómenos.
Hay quienes hasta llegan a asegurar que por lo mismo el gobernador electo Luis Miguel Barbosa decidió no despachar y mucho menos irse a vivir a la edificación construida para albergar al gobernador en turno con su familia.
El personal que laboraba en las oficinas y los servicios de la residencia levantó al cielo los brazos cuando fue reubicado a otras oficinas.
Como dicen los cuentos y las leyendas, “cuentan los más viejos” que la residencia construida en los 40 por el entonces gobernador Carlos I Betancourt (1945 a 1951) se mantuvo deshabitada casi 30 años, hasta que la rescató y devolvió su valor el gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara, quien despachó en ella los últimos días de su sexenio, y fue el gobernador Guillermo Jiménez Morales quien llegó con su familia para habitarla como después lo hicieron su sucesor Mariano Piña Olaya, Mauel Bartlet Díaz, Melquiades Morales Flores, Mario Marín Torres, Rafael Moreno Valle Rosas y los 12 días de su administración la gobernadora Martha Érika Alonso Hidalgo.
Durante los 30 años que estuvo deshabitada la mansión de Los Fuertes, el gobierno en turno siempre mantuvo a un elemento de seguridad. Y fue uno de ellos, ‘Don Tereso’, quien narró en su momento que agarraba su cobija y se iba a descansar a una banca del jardín porque “ocurrían cosas feas”
Usted saque sus conclusiones.
Esta versión ahora vuelve a la calle y corre. Pero entre lo que platicaba ‘Don Tereso’ y la versión de quienes hasta hace seis meses laboraban en Casa Puebla, hay mucha diferencia.
Es decir, se han desatado los ‘espíritus chocarreros’ quién sabe de quién, si de los franceses o los zacapoaxtlas caídos en la Batalla del 5 de Mayo de 1862. El caso es que de acuerdo con las versiones, hay más actividad paranormal.
Y ésta se antoja a cualquier médium iluminado que pagaría lo que fuera por tener acceso a la residencia para contactar con esos espíritus que deambulan sin parar porque no encuentran descanso.