Usted de inmediato se preguntará ¿y los ocho ejecutados con los que nos dieron los buenos días ayer todos los espacios informativos?

No son exclusividad de Puebla, lamentablemente el combate a las bandas delincuenciales en todo el país arroja este tipo de ajustes, que incluso luego son de otra plaza.

Hay que admitir que en Puebla sólo es latente el reproche generalizado de la sociedad sobre el retroceso que vive la capital del estado y que se considera inadmisible.

Pero hay confianza de que ahora al calor de la campaña política las cosas cambien por el bien del partido de quién gobierna y que tiene que pasar de alguna forma el refrendo de los capitalinos que acudirán a las urnas el 2 de junio.

Pero las condiciones de la entidad poblana son satisfactorias, con todo y los estragos de la política social del presidente que han golpeado, como el caso de las estancias infantiles y otros programas sobre los que se sostiene que hubo abusos en las administraciones anteriores.

Para no descomponer las cosas en Puebla, hoy quienes tienen interés en contender dentro de su partido político y en la lucha entre partidos, deben asumir las recomendaciones que hizo en Puebla el presidente: 1.- no utilizar su nombre 2.- no medrar con la necesidad a cambio de votos y 3.- recomendó un proceso libre, porque de lo contrario, quienes incurran en un delito electoral serán sancionados de acuerdo a la ley, con presión y sin derecho a fianza.

El presidente, sólo con su esposa y su hijo, concluyó su jornada de trabajo en Puebla el pasado domingo disfrutando de una carne tampiqueña en uno de los establecimientos de la familia Covarrubias, aceptando fotografiarse con todos los empleados en la cocina.