Aquí en Puebla ganó la elección de gobernador el partido Morena en 173 municipios y perdió la elección de ayuntamientos en cuatro de los cinco municipios en juego; el PAN ganó en 12 circunscripciones municipales y el PRI en 28, entre ellas cuatro de los cinco municipios que tuvieron elecciones extraordinarias.

 

           La concurrencia a las urnas fue la más baja de la historia y este fenómeno se repitió en todas las entidades donde hubo procesos electorales.

 

           El PAN y el PRI confrontan graves problemas internos que influyeron en el resultado de la elección; el grupo morenovallista y el de los tradicionales o del Yunque, están enfrentados entre sí. El grupo conformado por el fallecido ex gobernador Rafael Moreno Valle, de hecho ya no existe y sus integrantes han abandonado las filas del PAN. Los tradicionales o yunquistas se hicieron a un lado en esta elección, en protesta por la imposición del candidato a la gubernatura, Enrique Cárdenas Sánchez, por no haber sido panista nunca; porque no se tomó en cuenta a los militantes de años en ese partido y porque fue impuesto por la dirigencia nacional al más viejo estilo del PRI (les guste o no les guste)

 

             El PRI se derrumbó desde que perdió la elección presidencial el año pasado y pasó a ocupar el tercer lugar en votación a nivel nacional y en Puebla se quedó sin senadores y sólo unos cuantos de sus candidatos lograron llegar al Congreso legislativo federal. En el Congreso local son una minoría insignificante y en los ayuntamientos ganaron los menos importantes.

 

             Qué bueno que hay políticos panistas y priistas que se han dado cuenta de la realidad de sus partidos y han levantado la voz para que los militantes que aún les quedan, hagan algo para no pasar a ser especies en extinción.

 

             El diario El Universal, de la Ciudad de México, le hizo una entrevista a Roberto Madrazo Pintado, que en Tabasco estuvo presente en el homenaje a su señor padre Carlos Madrazo Becerra, con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento, en la que afirmó que el PRI tiene que reinventarse, refundarse, definir con claridad cuáles serán sus metas para el futuro a fin de no desaparecer.

 

            “El PRI necesita un proyecto innovador, plural, de suma e inclusión, con una visión diferente, la cual le dé visión distinta a la que hoy tiene frente a los retos y los problemas del país, de otra manera va a perder militancia, va a perder fuerza” señaló el primer candidato priista que perdió una elección presidencial, pero que fue gobernador de su estado, Tabasco y dirigió nacionalmente a su partido.

 

              Quien fuera el primer gobernador panista del país, hace más de 30 años, Ernesto Rufo, al referirse a la derrota de su partido en Baja California, donde el PAN se mantuvo en el gobierno, desde entonces, dijo que la derrota fue propiciada por la insatisfacción de los ciudadanos hacia los partidos tradicionales, por los malos gobiernos y por los errores cometidos por el partido. Vaya, hay panistas que reconocen que son humanos y que pueden cometer errores.

 

                Dijo que hubo errores en la campaña; un gran descontento con la última gestión panista y un abstencionismo que llevó a perder la gubernatura “así como una desconfianza política al PAN”.

 

                Otro ex gobernador de Baja California, Alejandro González Alcocer, afirmó que si bien es triste perder una gubernatura, “lo cierto es que el PAN debe entender que la alternancia no los inhibe y que los resultados del último gobierno no fueron los mejores”.

 

                El senador Gustavo Madero, ex dirigente nacional del panismo, manifestó que hay un desgaste de Acción Nacional y un encantamiento hacia López Obrador.

 

            Lo que queda es entender y hacer los cambios necesarios para recuperar la confianza de los ciudadanos. “El PAN está obligado a reflexionar, sin entrar en justificaciones ni en canibalismo, sino tener una actitud generosa que los lleve a ser un contraste de Morena”.

 

           Aquí en Puebla, el Partido de la Revolución Democrática obtuvo un tres por ciento de la votación, siendo aliado del PAN. Imagínese si hubiera ido solo a la elección.

 

           Para muchos el PRD ya está en sus últimos momentos.

 

           Y respecto a Morena, el partido que lo arrasó todo en la última elección federal, se afirma que puede entrar en una debacle si no se organiza como partido. Esta formado por ex militantes perredistas, priistas, panistas y de otros partidos.

 

           No tiene una línea ideológica común; carece de estructura y consecuentemente de organización y además, está sufriendo ya el desgaste natural de quienes ejercen el poder.

 

            Tiene a mucha gente sin oficio político, que en el ejercicio del poder está cometiendo graves errores, principalmente en los gobiernos municipales y sus diputados han iniciado luchas internas que los están exhibiendo ante la opinión pública, como ambiciosos, sin sensibilidad social y política, en una palabra, como advenedizos. Si no se toman las medidas necesarias para recomponer la situación actual, corren el riesgo de perder su mayoría en las cámaras de Diputados federal y locales, en las elecciones intermedias, y con ello, debilitar el proyecto presidencial de la Cuarta Transformación.