El gobernador del estado y el titular de Fepade, Agustín Ortiz Pinchetti, acompañados del secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, se comprometieron públicamente a llevar a cabo unas elecciones extraordinarias, limpias, transparentes y tranquilas para elegir gobernador del estado.

Al finalizar el siglo XX, las campañas políticas en México eran civilizadas, hasta respetuosas. El PAN, el partido más importante de oposición, hacía críticas con argumentos legales, pues en su cúpula había destacados abogados que eran maestros universitarios. Su fundador, Manuel Gómez Morin, había sido rector de la UNAM y como funcionario del gobierno de Obregón fue fundador del Banco de México.

          Al inaugurar la primera sesión ordinaria de la Asamblea Plena del Comité de Planeación para el Desarrollo de Puebla (Copladep) se buscó, dijo el gobernador interino del estado, Guillermo Pacheco Pulido, el beneficio real para la población, realizando programas de impacto en la sociedad, obras que beneficien al desarrollo general del estado y mejoren las condiciones de vida para toda la población, especialmente para quienes menos tienen.

              Se hicieron demasiadas ilusiones en el 2018 y acabaron sepultados por el tsunami llamado Morena que arrasó parejo, al PRI y al PAN, y casi desapareció al PRD, aliado extra del panismo.

Están por iniciarse las campañas políticas de los candidatos a la gubernatura de Puebla, que por primera vez, por lo menos después de la Revolución, tendrá elecciones extraordinarias.

En el programa televisivo Tercer Grado de Televisa, varios comunicadores y politólogos analizan y vierten opiniones sobre la actualidad política del país. En el programa del pasado miércoles se trató el asunto de la designación del candidato a la gubernatura de Puebla y otros estados, en el partido del presidente de la República, Morena.

Por lo visto, los mexicanos ya nos estamos dando cuenta de que tenemos flaca memoria y somos de reacciones lentas. Los panistas siempre han presumido de su “gran espíritu democrático”, de hacer bien las cosas y de su acrisolada honradez. Eso lo han venido diciendo, desde que en 1939, Manuel Gómez Morín, brillante intelectual del siglo XX, fundó a ese partido, al que se unieron católicos recalcitrantes como Efraín González Luna, don Luis Calderón Vega y otros, tanto de la Ciudad de México, como de Jalisco, Michoacán y estados del bajío, que formaron la zona colonial más importante, en la época en la que España era dueña del país. Por eso los militantes de ese partido siempre tuvieron a ese país europeo como la “madre patria” y al régimen franquista, como ejemplo a seguir.

Por fin, el partido Movimiento Regeneración Nacional, Morena, dio a conocer el nombre de su candidato para la elección extraordinaria de gobernador, recayendo esa designación en el ex senador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien participó también como candidato, en la elección constitucional del mes de junio de 2018, llevando como contrincante a Martha Erika Alonso, esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle, quienes fallecieron en trágico accidente de helicóptero el 24 de diciembre pasado, cuando Martha Erika ya ocupaba la gubernatura por decisión del Tribunal Electoral de la Federación.

           Fue la dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, quien en un acto efectuado en un amplio salón ubicado en San Andrés Cholula, tomó la protesta como candidato de su partido a la gubernatura del estado al ingeniero Alberto Jiménez Merino, quien ya había sido registrado ante las autoridades electorales el mismo día de su designación.

            La carencia de políticos con oficio se observa en todos los partidos. Las declaraciones que se publicaron ayer en  los medios nacionales y locales, de la dirigente nacional de Morena, el nuevo partido en el poder, Yeidckol Polevnsky, son una prueba de ello.