Siempre es agradable platicar con Francisco Frayle García, miembro de la primera oleada de neopanistas, que llegó para quedarse, y ahora, como secretario general del comité estatal de ese partido, es una pieza indispensable para la restauración del PAN en Puebla, trabajo difícil después de la división y descomposición a la que lo llevó la segunda oleada de neopanistas que asumió el poder en el estado en 2010 y que por poco acaba con todos los partidos que conformaron una alianza con Acción Nacional para enfrentar al PRI.

Morenistas de buena fe y partidarios de la 4T no morenistas, nos hablaban ayer de su preocupación por las elecciones del 2021 en las que habrán de elegirse nuevos diputados federales, nuevos diputados locales y nuevos ayuntamientos, ya que Morena no se decide a iniciar un trabajo serio de estructuración y organización.

En la reciente elección priista de su dirigencia nacional, lo más importante no es “el triunfo arrollador de ‘Alito’”, en lo que está insistiendo mucho la dirigencia actual, sino el porcentaje de los priistas que acudieron a las mesas de recepción de votos, el brutal abstencionismo que se registró en Puebla y en el resto del país.

Con una participación escasa de priistas poblanos, apenas 130 mil votantes de los más de 653 mil empadronados, fue electo Alejandro Moreno Cárdenas, ‘Alito’, como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, resultado que estuvo previsto, como siempre ocurre en el Revolucionario Institucional, desde el principio del proceso.

            No sabemos lo que pasó en el resto del país, pero en Puebla los priistas, que según el padrón avalado por las muy bien pagadas autoridades electorales se acercan a los siete millones de afiliados, no acudieron a las mesas de recepción para votar por el candidato de su preferencia para dirigir su partido nacionalmente en los próximos tres años.

El cambio el próximo domingo de la dirigencia nacional priista nada significa para la mayoría de los priistas poblanos que se han mostrado indiferentes durante todo el proceso de elección interna que se ha venido realizando y que ha culminado con el segundo debate de los tres aspirantes, a cargo de presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, debates que han puesto en evidencia la división interna del partido tricolor que parece irreconciliable.

Las Jornadas Ciudadanas de los martes anunciadas por el jefe del Poder Ejecutivo, Luis Miguel Barbosa Huerta, se iniciaron con gran éxito en esta capital con 15 mesas de otras tantas dependencias, entre ellas la del jefe del Ejecutivo Estatal que tuvo su sede en Casa Aguayo.

              En conferencia de prensa, el gobernador Miguel Barbosa Huerta dijo que no será fácil recobrar el servicio de agua potable para ser manejado por las autoridades y no por una empresa privada.

  Una toma de posesión bastante concurrida, un mensaje inicial bien dicho y con buen contenido, abordando los problemas que realmente preocupan a los ciudadanos y exponiendo en forma clara y contundente lo que el gobierno estatal se propone hacer para resolverlos.

En sus primeras giras de trabajo, tres días después de haber tomado posesión como gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta puso de manifiesto que su máxima prioridad será el problema de la inseguridad, justo lo que ayer domingo solicitó a través de los representantes de los medios de comunicación de Puebla, el arzobispo monseñor Víctor Sánchez Espinosa.