Las fuerzas regionales de Morena, encumbrados triunfadores gracias al tsunami que apoyó a Andrés Manuel López Obrador para alcanzar los 30 millones de votos, son ingobernables para el gobierno federal que no sabe cómo someter a sus aliados.
Pasa en Puebla, pero en realidad pasa en todo el país. Todo parece más grave en nuestro estado por la incertidumbre en la designación de gobernador interino, pero en realidad la curva de aprendizaje de Olga Sánchez Cordero y de Zoé Robledo en Bucareli la están sufriendo muchos gobernadores.
En los estados, los morenos andan desatados.
En Guerrero, el ‘superdelegado’ Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros le declaró la guerra al gobernador Héctor Astudillo. Primero ordenó a sus huestes en el Congreso frenar la aprobación del presupuesto 2019, y luego en la primera gira de AMLO a ese estado, desató una gritoniza feroz que tuvo que detener el tabasqueño con muchos esfuerzos.
Ya de salida del evento en Tlapa de Comonfort, el presidente se disculpó con el gobernador una y otra vez cuando Astudillo acusó al ‘superdelegado’ de organizar la gritoniza, pues él organizó el evento para presentar el Programa de Adultos Mayores. El gobernador llamó a Amilcar Sandoval “agente del odio y del resentimiento”. Allá todos los puentes están rotos.
Las mismas cuitas sufre el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, quien perdió la mayoría en el Congreso local. Ahora anda sin presupuesto, pues los diputados le dijeron que no y que no, y aunque en el gobierno federal le dijeron que sí, que no se preocupara y que desde Bucareli los iban a tranquilizar, pues resultó que no y tuvo que vetar el Paquete Económico tras reasignaciones ilegales por más de mil 600 millones de pesos.
Total, en Sinaloa no hay presupuesto estatal 2019 y el gobernador todavía anda buscando quien lo ayude a transitar con ese Poder Legislativo ingobernable. Quirino dice que es víctima de la ruptura interna en Morena entre los grupos que ya se pelean la candidatura a gobernador en 2021.
Tampoco en Morelos hay presupuesto, y eso que allá gobierna un aliado de Juntos Haremos Historia. El ex futbolista Cuauhtémoc Blanco asumió la gubernatura el 1 de octubre de 2018, tuvo tiempo de armar y remitir al Congreso su paquete económico, pero a la mayoría de Morena no le dio la gana aprobarlo.
El conflicto comenzó el 7 de enero en medio de una celebración por el Día de Reyes. Allí, el gobernador responsabilizó no sólo a los diputados morelenses, sino a la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky; al ex senador, Rabindranath Salazar Solorio; y al subsecretario de Gobernación, Zoé Robledo, de obstaculizar la aprobación de los ingresos regionales.
Luego, se aprobó un presupuesto que se considera espurio, ya fue impugnado con una controversia constitucional, pero el enfrentamiento sigue, azuzado por Rabindranath Salazar que quería esa gubernatura, y tras el triunfo de Blanco, la mitad del gabinete, pero el ex americanista no le dio ni agua.
El fondo del pleito, dicen, es que los diputados de Morena querían un ‘moche’ de 10 millones por cabeza para aprobar el documento. Una extorsión, pues. Y no hubo arreglo.
En Puebla las cosas no son mejores ante el vacío de poder.
Solamente la presencia in situ de Olga Sánchez, así como el cónclave con Zoé Robledo en el Crowne Plaza, impidió que la mayoría de Morena designara al interino con los cuerpos calientes de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso. Luego vino la ‘gandallez’ de Biestro, alimentado o impulsado por Miguel Barbosa y Yeidckol Polevnsky. Una vez más contenerlos requirió una operación especial de Bucareli.
En otras palabras, bastante han hecho Olga Sánchez y Zoé Robledo en contener a la nave de los locos, pero lo cierto es que poco se ha avanzado en el cumplimiento del acuerdo de que esa misma nave procese la designación de un perfil vinculado al morenovallismo, como Jesús Rodríguez Almeida o hasta Gerardo Islas.
Debe comprenderse que ambos funcionarios viven su particular curva de aprendizaje, pues apenas llevan 45 días en el cargo. Olga Sánchez era ministro, no plomero de las cañerías políticas, y Zoé es un joven talentoso, pero al que le queda mucho por aprender.
¿Cómo va a convencer Segob a la nave de los locos? Esa es la gran pregunta para definir al interino.