Sometido a la prueba de la realidad que no es maleable, Andrés Manuel López Obrador comienza a sufrir el desgaste de las altas expectativas generadas por él mismo. El punto de inflexión en la caída de su popularidad, como lo demuestran diversas encuestas, fue la matanza de Minatitlán.

 

Las imágenes en redes sociales del menor de edad muerto, uno de los 13 ejecutados masivamente, le arrebataron entre 5 y 7 puntos de aprobación, y el beneficio de la duda entre millones de mexicanos de que podrá mejorar la gravísima situación.

 

A punto de cumplirse el mes de la matanza ocurrida en Minatitlán el pasado 13 de abril hay tres supuestos detenidos por su responsabilidad, pero la huella en la popularidad del tabasqueño ya se resiente de forma total. Más que la situación económica, a AMLO comienza a desangrarlo la espiral de violencia que no se ve contenida, sino todo lo contrario.

 

La confirmación de los datos del primer trimestre de 2019 muestra que la tendencia de la violencia no está contenida ni va a la baja, pues la percepción de los mexicanos es que va a la alza, asociada a mayor impunidad. Prácticamente no hay sitio seguro en el país, y para muestra la ejecución de dos líderes comerciantes en la plaza principal de Cuernavaca.

 

La inseguridad es el tema de principal preocupación en este momento para los mexicanos, pero la situación económica es una sombra que se viene acercando con velocidad a partir de la desaceleración perceptible para inversionistas nacionales y extranjeros. Si el país no tiene crecimiento económico, no habrá más empleo, ni mejores condiciones de vida. Y sin eso, asociados a más impunidad, la violencia continuará en espiral ascendente.

 

El círculo vicioso en el que pronto puede meterse AMLO es el peor imaginable: inseguridad + recesión económica. Los proyectos de reactivación no tienen pies ni cabeza, como el Aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, pero ayer sumó la refinería de Dos Bocas tras conocerse que canceló la licitación con empresas internacionales dados los costos y tiempos de construcción, con lo que PEMEX y SENER se harán cargo de la obra.

 

Para los inversionistas internacionales, el dinero que se va a invertir en esos tres proyectos es una irracionalidad. Santa Lucía no tendrá el visto bueno de las aerolíneas ni de MITRE, el Tren Maya no tiene mercado, y es conocida la ineficiencia de PEMEX, por lo que no hay garantía de que Dos Bocas será terminada. Si ni siquiera los corporativos extranjeros quisieron aceptar los plazos y recursos, qué podrá hacer la ineficiente PEMEX.

 

Las perspectivas económicas son cada vez más preocupantes, tanto como la espiral de violencia creciente. Recesión e inseguridad son la tormenta perfecta con la que toda la inmensa popularidad de López Obrador se va a ir al despeñadero. Se quedará con los radicales que insistirán en echarle la culpa al pasado, al ‘PRIAN’, el modelo neoliberal, al pasado, pero perderá a los votantes moderados que le dimos en 2018 el beneficio de la duda.

 

La culpa, sin embargo, no es total de AMLO, convertido en ‘Llanero Solitario’ porque no tiene ayuda ni de los miembros de su gabinete ni de aquellos gobiernos emanados de Morena. El presidente combate solo, pero solo no puede. Le faltan manos que lo ayuden en la guerra lanzada por la derecha económica y varios medios de comunicación para desgastarlo.

 

Un buen ejemplo de la nula ayuda que recibe está en los gobiernos municipales emanados de Morena, así como en los estatales asociados en la 4T.

 

 

Los ‘góbers’ de Veracruz, Cuitláhuac García, y el de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, se la pasan implorando ayuda federal y apostando por el refuerzo de la Guardia Nacional que no podrá desplegarse por todo el país para suplantar a las policías estatales y municipales.

 

En el caso de los municipales, ahí lo que ocurre con San Pedro Cholula con el oportunista y frívolo Luis Alberto Arriaga, quien desde que llegó al poder se dedicó a viajar, beber y al shopping, en desdoro total de los principios de la 4T. Mañana se cumple una semana de que un niño de nueve años murió por una bala perdida, provocando una tragedia familiar. Pero el ‘bigote frívolo’ ni se inmuta ante las críticas y en San Pedro dicen que ya anda de viaje otra vez.

 

¿Tiene culpa AMLO de que sus aliados sean tan pendejos o tan frívolos o tan incapaces? ¿Que todos ellos vivan de su prestigio como opositor, o que se hayan subido de forma oportunista a la 4T?

 

Quizá por eso le urgen aliados de nivel, refuerzos estratégicos en los estados con capacidad de gestión administrativa y gubernamental. Quizá por eso le urge que Luis Miguel Barbosa ya sea gobernador.