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Miércoles, 29 Mayo 2019 03:02

La golondrina de El Financiero que no hace verano

La golondrina de El Financiero que no hace verano Escrito Por :   Arturo Rueda

¿Trata El Financiero de impulsar a su colaborador en la recta final? Es muy probable. El diablo, como siempre, está en los detalles. La vitrina metodológica de la encuesta de Moreno evidencia un sondeo débil: apenas 400 entrevistas (200 en vivienda y 200 por vía telefónica) con un muestreo en apenas 20 secciones electorales. No es que yo sea un experto, pero la debilidad de la muestra está a la vista.


 

En 60 días de campaña ni una sola encuesta a su favor pudieron presentar Enrique Cárdenas Sánchez y su frente de partidos. Pese al dispendio del candidato, más de 32 millones de pesos, su candidatura nunca pudo volverse competitiva y ninguna empresa encuestadora, ni de las más ‘chafas’, quiso arriesgar su nombre para posicionarlo.

 

La elección extraordinaria 2019 fue atípica en muchos sentidos, pero lo más sorprendente fue la ausencia de guerra de encuestas que caracterizó los comicios de 2013, 2016 y 2018: cada dos semanas, las empresas encuestadoras impulsaban a los pagadores de sus sondeos mediante publicaciones insertadas en periódicos como mediciones propias.

 

En esos años, la única excepción fueron los termómetros electorales de MAS DATA/CAMBIO, pagados íntegramente con recursos de esta casa editorial.

 

Pero en 2019, la competencia fue entre las encuestadoras para ver qué empresa le daba la ventaja más amplia a Luis Miguel Barbosa. Es decir, compitieron con el objetivo de acomodarse en el war room del candidato, más que para reflejar el auténtico estado de la contienda.

 

Entre las últimas publicadas, Opina-El Heraldo le dio una ventaja de 29 puntos al candidato de Morena frente a Cárdenas. Mas Data de Pepe Zenteno le dio 28 puntos a Barbosa. Un ejercicio demoscópico muy raro de Tribuna Comunicación —que ni casa encuestadora citó, ni tiene una propia— le dio 20 puntos de ventaja al favorito. Massive Caller, que sabemos sólo hace cuestionarios telefónicos, cifra la ventaja en 17 puntos, uno de los datos más conservadores.

 

Entre los últimos sondeos también se cuenta a algo que se llama Arias Consultores, que le da ventaja de 33 puntos a Barbosa sobre el candidato del PAN en un sondeo heterodoxo. Rodolfo Rivera Pacheco del BEAP ya no publicó encuestas tras el debate, pero en su última columna refiere una ventaja de 20 puntos inalterable.

 

En su pico más alto, por ahí de la mitad de mayo, Mas Data de Pepe Zenteno llegó a darle a Barbosa una ventaja de 44.6 puntos, lo que constituye la delantera, ventaja más abultada que supuestamente llegó a tener. En esas mismas fechas, Reforma encontró que el ex senador tenía una ventaja de 20 puntos.

 

Hace tres semanas, el 7 de mayo, El Universal le dio 23 puntos de ventaja al morenista sobre el académico que ya no hace academia, sino ‘grilla’.

 

Así, quitando la excentricidad de Mas Data de darle 44.6 puntos de ventaja a Barbosa en mayo, prácticamente todas las encuestas coinciden en una ventaja promedio de 20 puntos, como establece Rodolfo Rivera Pacheco del BEAP. Si no se da ese margen de victoria, todas las encuestadoras van a hacer el ridículo.

 

La única excepción a ese promedio de 20 puntos viene de El Financiero, cuyo encuestador, Alejandro Moreno, es probablemente el más certero del país. Un sondeo extraño. Primero, refiere una delantera de 16 puntos a favor de Barbosa, pero después señala un ejercicio de votantes probables —49 por ciento del padrón— en el que la distancia se reduce a sólo siete puntos.

 

Enrique Cárdenas se agarra a ese dato como ‘clavo ardiendo’ para gritar a los cuatro vientos que en realidad se encuentra en empate técnico, tomando en cuenta el margen de error del propio sondeo de +-4.9 puntos.

 

Por supuesto, una golondrina no hace verano: una encuesta, una sola encuesta rompe las tendencias de todas las presentadas a lo largo de la campaña. El prestigio de Alejandro Moreno no puede soslayarse, pero tampoco que se trata de datos provenientes de El Financiero, precisamente la casa editorial en la que Cárdenas publica sus artículos de opinión y le pagan 390 mil pesos al año, una cifra nada despreciable.

 

¿Trata El Financiero de impulsar a su colaborador en la recta final? Es muy probable. El diablo, como siempre, está en los detalles. La vitrina metodológica de la encuesta de Moreno evidencia un sondeo débil: apenas 400 entrevistas (200 en vivienda y 200 por vía telefónica) con un muestreo en apenas 20 secciones electorales. No es que yo sea un experto, pero la debilidad de la muestra está a la vista.

 

Por si fuera poco, la tasa de rechazo a la encuesta es altísima: 30 por ciento en la encuesta en vivienda y 44 por ciento en la telefónica. Y ya para finalizar, una leyenda sobre la estimación de votantes probables: “La publicación incluye una estimación de preferencias de los votantes probables, considerando varios factores como el interés en la política y la probabilidad subjetiva de acudir a votar”.

 

Me late que es la primera vez que Alejandro Moreno se va a equivocar feo. Ni empate técnico, ni siete puntos. Todo indica que la ventaja final será de 15 puntos a favor de Barbosa. Ya veremos.

 

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