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Jueves, 06 Junio 2019 03:15

La historia de la caída de José Juan

La historia de la caída de José Juan Escrito Por :   Arturo Rueda

El 21 de diciembre de 2018, a siete días después de su toma de protesta, ‘JJ’ seguía escribiéndole a Martha Erika rogando su perdón y siempre se quedó en visto. Sin embargo, Moreno Valle y Alonso tomaron capturas de pantalla, las distribuyeron entre quienes sabían eran sus aliados para regocijarse de la humillación, y eventualmente, esos chats llegaron a manos de Luis Miguel Barbosa


 

Apenas unos minutos después de que cuatro magistrados electorales resolvieran entregarle la gubernatura de Puebla a Martha Erika Alonso, la noche del 8 de diciembre de 2018 uno de los primeros mensajes que entró al teléfono de Rafael Moreno Valle fue de José Juan Espinosa buscando acomodarse al cambio de la marea.

 

El ex gobernador, por supuesto, no le contestó. Después, el tal José Juan le escribió a la propia Martha Erika para pedirle perdón, ofrecerle llegar a acuerdos y facilitarle su toma de protesta en el Congreso local. Ella también lo dejó en visto y ‘JJ’ nunca recibió respuesta.

 

La gobernadora nunca olvidó que el día que recibió su constancia de mayoría en el IEE, José Juan Espinosa, en su papel de representante del IEE, organizó la gritoniza que manchó lo que debía ser un momento feliz. Temblando del coraje llegó al Acrópolis, y ella nos platicó a Juego de Troles su enojo brutal.

 

El 21 de diciembre, a siete días de su toma de protesta, ‘JJ’ seguía escribiéndole a Martha Erika rogando su perdón, y siempre se quedó en visto. Sin embargo, Moreno Valle y Alonso tomaron capturas de pantalla, las distribuyeron entre quienes sabían eran sus aliados para regocijarse de la humillación, y eventualmente, esos chats llegaron a manos de Luis Miguel Barbosa.

 

José Juan, que fue radical entre los radicales, carnicero de las reses morenovallistas, perdió la confianza de Barbosa en esos días, quien se convenció de que Espinosa era lo que todos decían que era, un traicionero, según la reputación que se ha forjado entre la clase política.

 

En política sólo se comete un error y todo lo demás son consecuencias.

 

Después del 24 de diciembre, el fatídico accidente que le costó la vida a la gobernadora y a Moreno Valle, José Juan quiso otra vez volver al regazo de Barbosa, pero había perdido toda confiabilidad. Ya nada fue igual.

 

Acostumbrado a un estilo político de golpear y obtener beneficios, se topó con pared.

 

Quiso ser gobernador interino en las horas posteriores al accidente. Lo bloquearon.

 

Abrió la línea de negociación con Olga Sánchez para bloquear a Biestro y colocar como interino a Jesús Rodríguez Almeida.

 

Operó en secreto para que su viejo amigo, Enrique Cárdenas Sánchez, se convirtiera en interino. Antes, lo quiso de auditor de la ASE para sacar a David Villanueva.

 

Se negó a apoyar a Guillermo Pacheco Pulido, y como acción desesperada, operó en la Comisión de gobernación hasta la extenuación para apoyar a Gerardo Islas.

 

Luego, quiso disputarle a Barbosa la candidatura de Morena y terminó enviando a su esposa Nancy de la Sierra.

 

En el proceso interno de Morena secundó al atrabiliario Héctor Alonso.

 

Se enfrentó una y mil veces a Gabriel Biestro.

 

Quiso colar su cuenta pública 2016 de forma subrepticia, pero lo agarraron en la maroma.

 

Antes del arranque de la campaña, le aprobaron el inicio del procedimiento por su cuenta 2015. Estaba amenazado de caer.

 

Por último, operó en contra de Barbosa en San Pedro Cholula y en Ocoyucan —con la complicidad de sus ‘alfiles’ Luis Alberto Arriaga y Rodolfo Huerta— para beneficiar a su amigo Enrique Cárdenas, pues calculó que podía ganar.

 

El domingo de la victoria, con todo el cinismo del mundo, llegó al Hotel Crowne Plaza para festejar, y fue corrido del lugar, aunque Nancy sí estuvo en primera fila.

 

Lo ocurrido ayer es una mera consecuencia. El error lo cometió el 8 de diciembre de 2018.

 

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