Sábado, 20 de Abril del 2024
Martes, 11 Junio 2019 03:19

Helicopterazo digno de los Expedientes Secretos X

Helicopterazo digno de los Expedientes Secretos X Escrito Por :   Arturo Rueda

Es necesario recordar que la Fiscalía General del Estado (FGE) tiene abierta una carpeta de investigación por homicidio, como informó Higuera Bernal en Juego de Troles hace unos meses. Hay que empezar a recorrer líneas de investigación en esa carpeta. Comenzar con la lista de odiadores y enemigos de Moreno Valle. Será una tarea ardua porque dejó multitud de cadáveres en su ascenso.


 

Que llamen a Fox Mulder y a Dana Scully.

 

Oficialmente, el ‘helicopterazo’ de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle entró en la categoría de los Expedientes Secretos X. Nadie supo, nadie sabrá cómo murió la pareja que representaba el principal polo de oposición a la 4T.

 

A estas alturas, lo único que queda preguntarse es quién los mató.

 

Señalado en las primeras horas como responsable, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tuvo la honestidad política de reconocer que no falló ninguno de los componentes mecánicos ni técnicos del AgustaWestland que se desplomó la tarde del 24 de diciembre de 2018.

 

El boletín de la SCT que detalla los avances técnicos de la investigación internacional abre la puerta al magnicidio. La muerte planeada, ejecutada, de una gobernadora y del líder de la oposición en el Senado. Un matrimonio de poder en los albores del sexenio.

 

Al mismo tiempo, ese boletín es un hecho exculpatorio: La Cuarta Transformación no los mató. Si así hubiera sido, habrían mantenido la hipótesis filtrada a la prensa del fallo en la ‘cuchufleta de la chafaldrana’, como dio a conocer TV Azteca en una “investigación especial”.

 

Pero no: no hubo un fallo en el mantenimiento, ni se compró una pieza‘pirata’ en el mercado, ni parece que Servicios Aéreos del Altiplano tenga responsabilidad, todo porque los componentes mecánicos funcionaban correctamente antes del accidente, según los dictámenes periciales de los expertos internacionales.

 

El único detalle relevante de los avances de la investigación fue que se detectó que dos de las cuatro luces del master warning y master caution se encendieron, pero no se determinó el momento.

 

De acuerdo con la carpeta de investigación de la Dirección General de Aeronáutica Civil, durante la inspección de los motores PW207C de la aeronave AgustaWestland 109S se encontraban en buen estado antes del impacto en terrenos de cultivo de Santa María Coronango; sin embargo, su memoria interna resultó dañada por el fuego y el impacto de al menos 10 mil pies de altura, por lo que fue imposible recuperar información.

 

De la inspección realizada a los ocho actuadores, cinco lineales y tres hidráulicos, se les practicó una por medio de Tomografía Computarizada, en la que no se logró localizar alguna falla o daño considerable, más que los propiciados por la misma caída de la aeronave.

 

“La inspección de los componentes involucrados en los controles de la aeronave, como son rotor principal y de cola, transmisión y caja de 90°, indica que estos componentes no presentan evidencias de falla previa al impacto”, citó el comunicado de la SCT.

 

La investigación pericial-técnica, en su parte central, ha concluido.

 

Era la única causa del accidente mortal que restaba por despejar para un desplome de esa magnitud en cuestión de segundos en vertical. Caída inusual en 60 grados, como la bautizó el subsecretario Carlos Morán.

 

Todas las medidas de seguridad del supuesto helicóptero más seguro del mundo no se activaron.

 

Previamente se descartó la causa climatológica, pues de acuerdo con el reporte de la Torre del aeropuerto, las condiciones eran inmejorables.

 

Tampoco una cuestión de error humano de los pilotos, pues Roberto Coppe hacía esa ruta prácticamente todos los días. Ese trayecto se lo sabía de memoria, casi a ciegas.

 

El choque con un ave no hubiera derribado la aeronave, y no hubo explosión en el aire, pues los restos se hubieran diseminado en un área de varios kilómetros a la redonda.

 

Fue un magnicidio, pues. Pero no lo hizo la 4T.

 

¿Quién los mató entonces?

 

Es necesario recordar que la Fiscalía General del Estado (FGE) tiene abierta una carpeta de investigación por homicidio, como informó Higuera Bernal en Juego de Troles hace unos meses.

 

Hay que empezar a recorrer líneas de investigación en esa carpeta. Comenzar con la lista de odiadores y enemigos de Moreno Valle. Será una tarea ardua porque dejó multitud de cadáveres en su ascenso.

 

Más de seis meses después, en el PAN no le perdonan a Moreno Valle su éxito. Es la razón por la que el diminuto y mezquino Marko Cortés no usa el magnicidio de los poblanos como palanca de empuje de Acción Nacional.

 

Son sus muertos, pero por envidia, post mortem, nadie los reclama, ni exige castigo.

 

Sí, los mataron.  

 

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