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Lunes, 24 Junio 2019 02:09

Barbosa y su gabinete in pectore que no filtra

Barbosa y su gabinete in pectore que no filtra Escrito Por :   Arturo Rueda

Barbosa, con sus hombres y mujeres in pectore, no suelta prenda, ni consulta, ni se deja presionar, mucho menos secuestrar los nombramientos, lo que provoca que también no exista el golpeteo por los interesados. Por la velocidad y precisión, vivimos un proceso inédito, sin juego de las sillas ni filtraciones periodísticas


 

Como no había ocurrido en los últimos veinte años de la política en Puebla, la designación del gabinete ha sido en primerísima persona, con un control absoluto de nombres y perfiles. Luis Miguel Barbosa tiene in pectore a sus funcionarios, a los que ya designó y a los que vienen, sin ninguna filtración por parte de él o de su equipo más cercano. Repito, hay un control absoluto en la toma de decisiones.

 

No ocurrió con Melquiades Morales, Mario Marín, Rafael Moreno Valle, Tony Gali o Martha Erika Alonso. En todos esos casos, la conformación del gabinete se convirtió en juego de las sillas cuya música la tocaban tal o cual periodista, con mitad especulación, mitad certidumbre y, claro, también con objetivos claros de golpeteo contra X o Y personaje que se perfilaban para determinada dependencia.

 

Ahora, quizá derivado de la premura de la transición, pero sobre todo la personalidad de Barbosa, ningún nombre llegó a las filtraciones periodísticas, y hasta podría decirse que muchas de las designaciones son auténticas sorpresas hasta para los personajes más cercanos al barbosismo que se vieron sacudidos con los nombramientos adelantados e inesperados.

 

Barbosa, con sus hombres y mujeres in pectore, no suelta prenda, ni consulta, ni se deja presionar, mucho menos secuestrar los nombramientos, lo que provoca que también no exista el golpeteo por los interesados. Por la velocidad y precisión, vivimos un proceso inédito, sin juego de las sillas ni filtraciones periodísticas.

 

El único filtrador del gobierno de Luis Miguel Barbosa es el gobernador electo.

 

 

Fue él quien soltó los dos primeros nombres para sorpresa de todos en el arranque de sus giras de agradecimiento: Abelardo Cuéllar para Trabajo —quien por cierto no colaboró en su campaña ni es su amigo, pero tiene una alta reputación profesional e identificación con la 4T— y Rodrigo Osorio Díaz —un empresario de bajo perfil— para Desarrollo Económico.

 

Nadie vio venir esos nombres, que se sumaron al de Verónica Vélez Macuil ya designada al día siguiente de la victoria.

 

Entonces, Barbosa tomó velocidad: ratificó a Fernando Manzanilla en la SGG —que se transformará en secretaría de Gobernación—, nominación fruto del pacto político que hizo con él tras la muerte de los Moreno Valle.

 

Pero vinieron nombramientos más inesperados. Por prestigio, la más sorpresiva es la de la eminencia Guillermo Ruiz Argüelles, hematólogo de reconocimiento mundial y de quien todo lo que pueda escribirse es poco frente a la autoridad intelectual que le dispensa el mundo de la medicina y la investigación.

 

¿Quién y cómo convenció a esta eminencia de saltar a la burocracia donde se desempeñará por primera ocasión en su vida sin ninguna necesidad de tomar ese riesgo?

 

La otra gran sorpresa, más por el descartado que por el designado, fue el nombramiento de Carlos Urbina Tanús en Infraestructura, que supuso la ruptura de la continuidad de Antonio Peniche. El hijo de Silvia Tanús no tiene una carrera burocrática destacada, puestos de medio pelo en la Sedatu, pero sí goza de inexperiencia absoluta en el rubro, por lo que es un misterio el vínculo que lo une a Barbosa y porqué recibió esta posición importantísima en el gabinete.

 

Menos sorpresiva fue la llegada de Melitón Lozano a la SEP —es lo más parecido a un operador político con experiencia, y Barbosa lo conoció en sus años en que dominó el PRD local—, y la cuota al PT en la designación de Lizeth Sánchez en Desarrollo Social, de quien no se espera mucho.

 

Algún inteligente quiso jugarle al vivo con las filtraciones, pero inmediatamente le cortaron las alas, pues Barbosa rechazó enfáticamente que considerara al ex comisario de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto, e incluso lanzó un comunicado oficial para desmentir la publicación de Templo Mayor de Reforma. Al mismo tiempo, confirmó que en la Contraloría irá un personaje no poblano para evitar el conflicto de interés con el pasado morenovallista.

 

Después de tantos nombramientos sorpresivos solamente quedaba la duda de la permanencia de Estefan Chidiac en Finanzas. Aunque es cierto que la buena fama no lo acompaña, también lo es que hizo méritos durante la campaña para ganar zonas importantes como Ajalpa, la Mixteca, así como atraer votos del PRI.

 

Misterio resuelto, otra vez, por el propio gobernador electo: esos méritos no son suficientes para continuar en Finanzas, se encuentra descartado para continuar, aunque sí le ofrecerá permanecer en su gobierno. Aunque habrá que ver, pues prácticamente todas las posiciones de importancia ya fueron entregadas, por lo que Estefan tendría un lugar de segunda categoría y quizá por dignidad no acepte permanecer.

 

¿Alguna duda que de Barbosa trae su gabinete in pectore y es el único filtrador, que no filtra?

 

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