En el horizonte cercano del barbosismo se vislumbra una ruptura política con el Partido del Trabajo (PT) si, como se rumora, la dirigencia nacional materializa el absurdo de designar a José Juan Espinosa como coordinador estatal en sustitución de Lizeth Sánchez, quien oficialmente ha salido del cargo para asumir la Secretaría de Desarrollo Social en el próximo gabinete.

 

No es una mala broma: las presiones de Nancy de la Sierra —comenté en columnas anteriores el chantaje de la senadora para abandonar la bancada del PT en el Senado en caso de que su ‘esposito’ no fuera rehabilitado—habrían surtido efecto, además de un adecuado manejo financiero entre los integrantes de la dirección colegiada en Puebla.

 

En este momento, la bancada del PT en el Senado tiene seis integrantes, y si se fuera Nancy quedarían con cinco, suficientes para mantener ese estatus. Pero resulta que Nancy atrajo a su rebelión a la senadora Alejandra del Carmen León Gastelum, mejor conocida como #LadyChampagne, quien hace un año exactamente provocó tremendo escándalo al difundirse un video donde festejaba su victoria en altísimo estado etílico, por lo que fue separada de Morena y acabó en el Partido del Trabajo.

 

Las dos Ladys, #LadyTeziutlán y #LadyChampagne amenazan con irse de la bancada y dejar sólo cuatro senadores, con lo que el PT perdería todos sus privilegios en el Senado.

 

Tras su remoción al frente de la Mesa Directiva del Congreso y caída de la coordinación de la bancada, Espinosa envió a su esposa a Nancy a chantajear al PT, pero al mismo tiempo comenzó un silencio sospechoso en espera de que la marea bajara.

 

Pero la marea no bajó, sino todo lo contrario, pues después se ejecutó su salida de todas las comisiones —incluida la Inspectora— y lo último es la apertura de un procedimiento de responsabilidades por su cuenta pública 2016 en un paquete de ex ediles que será votado esta semana por el pleno del Congreso local. Sumándole las de 2015, entre ambos ejercicios ya le anda debiendo a Puebla más de 50 millones de pesos.

 

Pero JJ es un animal escurridizo, un sobreviviente a sus choques con el morenovallismo, y encontró la puerta de supervivencia a través del PT, que quiere cobrar más caro su participación en la coalición Juntos Haremos Historia pese a que se trata de una franquicia inflada ex profeso en estos comicios para dirigir hacia allá las alianzas electorales que no podían ubicarse en Morena.

 

En esta semana, entrevistado por Rodolfo Ruiz, JJ advirtió que su situación política pronto podría cambiar. No le dijo al director de e-consulta por qué, pero ahora se sabe: por su llegada a la coordinación del PT. “Ya el PT había alcanzado el 10 por ciento en otra elección, pero en esta elección se convirtió en la segunda opción de la izquierda y pronto vendrán sorpresas”, adelantó Espinosa.

 

Ya se sabe cuál sería la sorpresa: su arribo a la coordinación estatal.

 

Históricamente, en Puebla el PT no tiene dirigente estatal, sino una mesa de coordinación en la que los distintos franquiciatarios se rolan las posiciones, así como los cargos de elección popular y plurinominales. En esa mesa se ubican Mariano Reyes, Zeferino Martínez, Rafael Ramírez y Nelson Beristain Macías —edil de Tlacotepec—, así como Lizeth García, designada por Alberto Anaya como coordinadora estatal para refrescar a su partido con un rostro joven.

 

Pero ahora, tanto el ‘profe’ Anaya como los hermanos Óscar y Alejandro González Yáñez, han decidido empeorar su relación con Luis Miguel Barbosa e incluso perder el lugar en el gabinete que ya les había cedido a través de Lizeth Sánchez, todo por cumplir los caprichos de José Juan y Nancy. ¿En verdad vale la pena?

 

La ruptura con el PT de Alberto Anaya será real y profunda si insisten en el disparate de colocar a un personaje non grato al barbosismo. Cuestión de medir intereses. La primera consecuencia es que perderán el lugar que ya tenían en el gabinete.

 

*** El gobernador electo decidió resolver la crisis con la actual administración de Maestro Pacheco Pulido por el aumento a la tarifa del transporte público con decisión inesperada: que sea su gobierno quien decida el aumento, pese al costo político posible.

 

Así que si los concesionarios quieren hacer paro de labores hoy, sólo agravarán su situación, ya que la decisión es que de aquí al 31 de julio no habrá paro, suceda lo que suceda este día.

 

Ya a partir del 1 de agosto, se las verán con un gobierno fuerte con capacidad de afrontar las presiones de los grupos más radicales, quienes también sufrirán las consecuencias.