Nadie se pone de acuerdo en la prensa nacional sobre si el informe más reciente de Coneval sobre pobreza es una buena o una mala noticia: en una década sólo 12 entidades redujeron su población en pobreza, mientras que en 20 estados aumentó el número de pobres. Entre éstas se encuentra Puebla, donde supuestamente hubo una gran estrategia para revertir el flagelo.

 

Y parcialmente Moreno Valle lo logró, especialmente en el rubro de pobreza extrema. Reconocimiento postmortem.

 

En 2010 recibió un millón de poblanos —equivalente a 17 % de la población— y para 2018 se redujeron a 551 mil —equivalente al 8.6 %—. Es decir, en los años del morenovallismo, 449 mil poblanos salieron de la franja de pobreza extrema.

 

Por supuesto que es un gran resultado el que da Coneval, y allá donde esté el ex gobernador —sea cielo o infierno— lo debe estar festejando.

 

Pero ahí viene el asegún: esos 449 mil poblanos que abandonaron la franja de pobreza extrema se convirtieron en pobres a secas. De esta forma, de los 3 millones 661 mil poblanos que recibió en 2010 —equivalente al 61.5 % de la población— ahora se reportan 3 millones 763 mil.

 

 

Aunque en números netos se incrementó el número de pobres, 147 mil poblanos, porcentualmente descendió a 59.4 %, tomando en cuenta el incremento poblacional de esos años.

 

Así que la ecuación es clara: 449 mil poblanos abandonaron la franja de pobreza extrema, pero entre los pobres a secas hubo un incremento de 147 mil. Haciendo una inferencia, y dado que en automático los 449 mil poblanos que salieron de la extrema no pasaron a la pobreza a secas, un buen número de estos también salieron de esta situación. Por lo menos unos 300 mil.

 

Se trata de una excelente noticia, digna de festejarse. Pero el informe de Coneval nos da más.

 

Por ejemplo, el incremento de población que no es pobre ni vulnerable: casi 250 mil más de los 505 mil poblanos en esa situación que había en 2008. Una década después, 749 mil poblanos están fuera de todas las carencias, lo que representa el 11.7 % de la población.

 

Por carencia específica, la situación en materia de salud presenta una mejora extraordinaria, mucho en parte gracias al Seguro Popular. En 2008, alrededor de 3 millones 216 mil poblanos no tenían acceso a los servicios de salud, y una década después sólo son 1 millón 327 mil. Todavía son muchos, pero ya sólo son el 20 % de la población.

 

También hay mejoras importantes en otras carencias, como acceso a los servicios básicos de vivienda, educación, vivienda, incluso ingresos. El único indicador en el que no hubo avances en la década fue la carencia de seguridad social. Apenas bajó 6 % en la década y mas de 4.5 millones no tienen acceso.

 

El resultado global del último informe Coneval —ya otra instancia se dedicará a medir la pobreza, un éxito postmortem de Moreno Valle—, es la medida del reto de Luis Miguel Barbosa en el tema, así como de su titular de Desarrollo Social, Lizeth Sánchez: al momento de recibir el gobierno, 58.9 % de la población se encuentra en algún grado de pobreza.

 

 

Son 3 millones 763 mil en pobreza a secas y 551 mil en pobreza extrema, equivalente al 8.6 % de la población.

 

 

A final de la administración sabremos qué tan exitoso fue el primer gobierno de la 4T y si consiguió sus objetivos. Y a ver con qué nuevos indicadores los miden ahora que Coneval abandona la chamba.