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Lunes, 02 Septiembre 2019 02:54

El bodrio de La Trama Audi: tres horas perdidas de mi vida

El bodrio de La Trama Audi: tres horas perdidas de mi vida Escrito Por :   Arturo Rueda

Sin la perspectiva ni declaraciones de Manzanilla, Moya, Gali, Pablo Rodríguez y más, y con un escaso soporte documental, La Trama Audi es incapaz de conformar una auténtica investigación periodística, con lo que sólo se queda al nivel de ataque político patrocinado por un hombrecillo llamado Enrique Cárdenas que vuelve al ataque para ejecutar una mini vendetta en contra de Luis Miguel Barbosa a través del golpeteo a Fernando Manzanilla, su secretario de Gobernación.


 

Como investigación periodística, La trama Audi de Sergio Mastretta es notablemente fallida desde una sola perspectiva: a lo largo de las más de 300 cuartillas del mamotreto, nunca se incorpora el punto de vista de los numerosos funcionarios que son mencionados como responsables de varias irregularidades, al periodista autor nunca le interesó confrontarlos, entrevistarlos, dejarlos responder de las acusaciones y aportar su propia versión de los hechos.

 

Sin la perspectiva ni declaraciones de Manzanilla, Moya, Gali, Pablo Rodríguez y más, y con un escaso soporte documental, La Trama Audi es incapaz de conformar una auténtica investigación periodística, con lo que sólo se queda al nivel de ataque político patrocinado por un hombrecillo llamado Enrique Cárdenas que vuelve al ataque para ejecutar una mini vendetta en contra de Luis Miguel Barbosa a través del golpeteo a Fernando Manzanilla, su secretario de Gobernación.

 

Por donde se le vea, el mamotreto en cuestión es incapaz de acercarse a la verdad de lo ocurrido en las varias fases que entrañó el proyecto Audi, desde ganar la decisión en el consorcio alemán Volkswagen, pasando por el proceso de consolidación de la tierra a adquirir para cumplir el compromiso de entregar en propiedad las 460 hectáreas, hasta el modelo de financiamiento de la obra principal de la planta.

 

El periodista Mastretta revela una supina ignorancia a la hora de entender el proceso de consolidación de tierras de un proyecto de tal envergadura. Ni siquiera es capaz de entender la noción de “precios constantes” para hacer el comparativo de lo pagado entonces con los valores actuales. No es su culpa: los periodistas somos notoriamente ignorantes, por eso siempre hay que contrastar fuentes y darles oportunidad de hablar. El periodista no hizo lo mínimo que constituye el periodismo: escuchar ambas versiones y plasmarlas, único grado de objetividad posible en el oficio.

 

Con base en algunos instrumentos jurídicos notariales, el periodista infiere, deduce la participación de dos funcionarios y el pago que se les hizo por hectárea, pero no tiene todos los instrumentos, ni siquiera las pólizas de pago. Es decir, en sus conclusiones SUPONE solamente. ¿Las SUPOSICIONES son periodismo? Nunca aprendí eso en el CIDE.

 

Lo claro es que el gobierno pagó a ocho mil 500 pesos la hectárea, y aunque a lo largo de la parrafada acusa varias ilegalidades, en las conclusiones del mamotreto de marras, dice, fueron cometidas por funcionarios federales del Registro Agrario Nacional (RAN) POSIBLEMENTE coludidos con funcionarios estatales.

 

¿POSIBLEMENTE? ¿Neta, eso es periodístico? ¿No hay alguna prueba dura? ¿Un documento, un señalamiento?

 

Tan chata —o chafa— es la investigación que a lo largo del libro Mastretta no se entera del dato fundamental: el gobernador Rafael Moreno Valle deslindó la firma del contrato con Audi mediante un acuerdo delegatorio publicado en el Periódico Oficial del Estado a esos ocho secretarios que sí firmaron. Si hubiera entrevistado a alguno de los acusados, seguro se lo hubieran dicho.

 

Después del primer capítulo medianamente interesante sobre el proceso de consolidación de la tierra para el terreno de la planta, sigue una parrafada infumable de más de 250 páginas en las que cabe todo.

 

Y todo es todo: Mastretta involucra la construcción de la planta Audi con el auge del huachicol y señala a la CTM de Leobardo Soto de comprar combustible robado sin una fuente de por medio ni ninguna prueba. ¡Hasta meten la historia de la planta VW en Coronango!

 

También dedica hojas y hojas a analizar el estilo megalómano de gobernar de Moreno Valle. SI ya era infumable, el texto se convierte en el profundo análisis de lo obvio.

 

Para concluir, la coautora María Eugenia Silva Celma hace un análisis del impacto económico del proyecto Audi. Ahí termina aceptando que “La instalación de Audi México tuvo una contribución importante en cuanto a la inversión extranjera directa, la creación de empleos y el crecimiento de la economía del estado de Puebla… la inversión gubernamental se ha traducido hasta ahora en 3 mil 256 millones de dólares, más de dos veces los supuestos 1,321 millones de dólares invertidos”.

 

Entonces, ¿fue un fracaso o no el proyecto Audi? Pónganse de acuerdo, jóvenes.

 

Total, como investigación periodística es un total bodrio de Sergio Mastretta y Enrique Cárdenas. Medito demandarlos por las tres horas de mi vida que perdí leyéndolo. Calcetinazo.

 

*** Si La Trama Audi no es un bodrio, seguro el periodista Sergio Mastretta podrá decirnos en qué año, momento y puesto tuvo Roberto Moya Clemente en algún momento de su carrera para poder afirmar que fue “empleado de Pedro Aspe Armella”.

 

Podría jugarle un cabellera contra cabellera a que eso no ocurrió, nunca trabajo para Aspe, pero él ya no tiene nada que perder.

 

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