A punto de cumplir un año de gobierno, a la presidenta municipal de San Andrés Cholula ya le llegó el agua al cuello. No sorprende de quien ha hecho de su soberbia la principal política del Ayuntamiento, pero en el primer círculo de Casa Aguayo ya hay extrema preocupación por las consecuencias electorales de su desgobierno rumbo al 2021.
Karina Pérez Popoca vive una fuga hacia adelante tras destaparse su extraño vínculo con el empresario Manlio López y las exorbitantes cantidades de dinero que destina hacia Unimedios, un folletín de ínfima audiencia. Ambos, Karina y Manlio, parecen la versión cholulteca de la película Thelma & Louis, cuando ambas deciden prologar su alocada carrera con un suicidio para no pagar las consecuencias legales.
A Pérez Popoca se le cayó el teatrito con el reportaje de CAMBIO que evidencia los 13 millones presupuestados a medios de comunicación. Si se creía la encarnación de la austeridad, los regidores de su cabildo comprobaron que se trataba de puro atole con el dedo. Ocho de ellos se enardecieron y decidieron romper la relación. Tiene un presupuesto de mil millones de pesos. ¿Qué ha hecho con ese dinero?
Ese enardecimiento se tradujo en el rechazo del Cabildo a sus estados financieros correspondientes al mes de agosto con ocho votos en contra, incluidos algunos de la coalición Juntos Haremos Historia, cansados de sus tratos despóticos, así como de la opacidad financiera de sus manejos.
Los regidores le pidieron cuentas claras y la presidenta se rió de ellos. En consecuencia, votaron en contra de su cuenta pública.
Enrabietada, como villana de cliché, salió a carcajadas de la sesión. Pero con la cruda a cuestas, envió un mensaje a sus regidores: la austeridad de San Andrés Cholula podía ser “relajada” en sus sueldos. Que había entendido. Les ofreció no un cañonazo, sino una balita calibre 28: aumentarles su sueldo en 15 mil pesos.
Con la confianza de que los regidores ladraban porque querían hueso, reduciéndolos al nivel de perros, planteó una nueva sesión.
Pues le demostraron que no lo son y que su balita de 15 mil pesos no surtió efectos. Convocada la sesión de Cabildo, confiada en que la mordida sería suficiente, esperaba el voto aprobatorio. Pero no. Los regidores se sostuvieron. Incluso el contralor del municipio prefirió bajarse del barco y buscarse otra chamba en el gobierno estatal.
Enrabietada a nivel superior, Pérez Popoca arremetió contra ellos. Demonizó a los regidores Guadalupe Espinoza (PSI), Lidia Memehua Macuil (Morena), Alejandra Arroyo Abud (Morena), Miguel Ángel Rivera Bretón (PRI), Cristina Bertoni Quitl (PAN), Blanca Estela Guzmán Jiménez (Morena), Guillermo Paisano (PAN), y Dora María del Rayo Flores (Morena).
"Han habido situaciones que se las aclaramos y todo, pero al final ellos optaron por en este mes no pasar (...), les digo, al final yo tampoco tengo ningún problema, al final sé que es una observación ante la Auditoría que yo tendré que solventar. La mala información también a veces permea en el ánimo de algunos regidores, sobre todo en los de oposición".
Cerró su rabieta nivel Dios exclamando: “Al final no es a Karina Pérez Popoca a quien le ponen o le hacen algún señalamiento (…), es al pueblo de San Andrés Cholula”, exclamó.
Desde Casa Aguayo se ha dado seguimiento político a la crisis de la alcaldesa y lo que deja a todos atónitos es la decisión de continuar protegiendo —financiando— a Manlio López, a quien se considera enemigo de Verónica Vélez Macuil, directora de Comunicación del gobierno barbosista, lo que refuerza el vínculo extraño entre ellos.
Tras el desastre electoral en San Andrés Cholula, el gobernador Barbosa le dio una oportunidad a Karina Pérez Popoca. Y la desperdició.
Todo indica que, tras estas semanas montada en el potro de la soberbia, se le ha colocado a Karina Pérez Popoca como un caso sin remedio. Y eso, por supuesto, amerita consecuencias.
