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Martes, 05 Febrero 2019 03:01

La miseria humana de Armenta-Alonso vs Barbosa

La miseria humana de Armenta-Alonso vs Barbosa Escrito Por :   Arturo Rueda

El hombre que cambia de lealtades más rápido que de calzones, Héctor Alonso, se le fue encima a su ex amigo Luis Miguel Barbosa con un argumento inusitado: no puede ser candidato porque los poblanos no pueden arriesgarse a que sufra un “coma diabético” ya en el poder y deban hacerse nuevas elecciones. Traducción: Barbosa se puede morir. Mejor elijamos a Armenta.


 

La cruenta campaña electoral de 2018, pese a tratarse de una guerra sin cuartel a machetazos, nunca cruzó la frontera de la miseria humana, lo que ya está ocurriendo en la campaña 2019. Ni en sus peores horas, ni en los momentos más difíciles, el morenovallismo usó el estado de salud de Luis Miguel Barbosa como una razón de voto.

 

Lo político es político, lo personal es personal. Lo sabía hasta alguien como Moreno Valle, el liderazgo más autoritario que tuvo Puebla desde Maximino Ávila Camacho. Ni siquiera él llegó a esa ruindad.

 

Alejandro Armenta, en su loca carrera por conseguir la candidatura de Morena que da pase directo a la gubernatura, ya pisó los terrenos de esa miseria humana innombrable. Ni siquiera tuvo la valentía de hacerlo por sí mismo, sino que envió a su nuevo adicto, Héctor Alonso, a jugar ese execrable papel.

 

El hombre que cambia de lealtades más rápido que de calzones, Héctor Alonso, se le fue encima a su ex amigo Luis Miguel Barbosa con un argumento inusitado: no puede ser candidato porque los poblanos no pueden arriesgarse a que sufra un “coma diabético” ya en el poder y deban hacerse nuevas elecciones.

 

Traducción: Barbosa se puede morir. Mejor elijamos a Armenta.

 

A menos que Héctor Alonso se haya aventado recientemente los años de estudio, especialidad y servicio social, que nos muestre su título de médico internista con capacidad para hacer un diagnóstico de lo que puede y no puede hacer Luis Miguel Barbosa. O de cómo cree que va a evolucionar su estado de salud.

 

O que calcule la fecha probable en la que se va a morir con su bola de cristal para hacerle al ‘Nostradamus’ y adivine qué depara el futuro, pues no recordamos que al estilo de ‘Héctor Vidente’ nos advirtiera de la tragedia del 24 de diciembre.

 

Médico internista o falso vidente, el argumento del coma diabético es oportunista porque Barbosa lleva muchos años enfermo, incluso sufrió una amputación cuando era senador, pero parece que Alonso apenas se entera de ello. No recuerdo que en la campaña electoral hiciera referencia a esa dolencia médica, tampoco en los meses de la resistencia contra el fraude y mucho menos cuando pedía que se anulara la elección.

 

¿Por qué ahora hablar de la diabetes, de que ha perdido la vista?

 

¿Hasta dónde llega la ambición?

 

Héctor Alonso se ha prestado a ser el vocero ruin de Armenta por puro resentimiento. No “realismo”, como se justifica.

 

Odia a Barbosa porque no lo apoyó para ser gobernador interino, la verdadera obsesión del diputado ahora morenista.

 

Durante las horas críticas posteriores al ‘helicopterazo’, fue él quien promovió que el Congreso local, esa misma noche del 24 de diciembre, sesionara para designarlo gobernador interino de Puebla.

 

La operación del ex candidato detuvo el albazo de momento. Luego, lo sacó de una posible terna que quién sabe dónde se había elaborado y en la que se encontraba con José Juan Espinosa y Gabriel Biestro.

 

Todavía en la sesión de la comisión de Gobernación en la que se votó la terna de dos, Gerardo Islas y Guillermo Pacheco Pulido, exhibió su ardor, pues reclamó que a él lo hubieran sacado de la carrera, pero si se analizara al diputado con licencia del Panal.

 

Su última razón para correr a los brazos de Armenta es que Alonso exigió la titularidad de la secretaria de la Contraloría en el gabinete de Pacheco Pulido para continuar formando parte del ‘barbosismo’. Se le dijo que era una decisión del gobernador interino, pero de todos modos arremetió contra su ex amigo. No se la dieron, por supuesto.

 

No es ni médico internista y falla mucho como vidente. Lo que sí tiene y mucho es resentimiento, porque considera que no se le ha pagado de la forma que considera correcta.

 

Ahora es el vocero más ruin de Armenta, usando argumentos miserables que ni siquiera el morenovallismo utilizó contra Barbosa en la campaña de 2018.

 

¿Y si Armenta piensa que a Barbosa le puede dar un coma diabético, porque no lo dice él mismo?

 

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