Sábado, 20 de Abril del 2024
Viernes, 13 Diciembre 2019 01:54

Esparza ofende a López Obrador

Esparza ofende a López Obrador Escrito Por :   Arturo Rueda

No conozco personalmente a Gutiérrez Müller, pero desde fuera no la considero la persona que se vende por los 16 mil pesos mensuales que implica esa plaza definitiva como docente-investigadora de la BUAP. La sola sugerencia la rebaja no sólo en su categoría como persona, no sólo como académica, sino como compañera del Presidente que comparte los ideales de la Cuarta Transformación.


 

Cada vez que el rectorcito Esparza envía a sus tundeteclas a cantar la extraordinaria alianza que tiene con Beatriz Gutiérrez Müller, y cada vez que publica la fotografía en la que le entrega su plaza de definitividad en los medios de comunicación, lo único que hace es ofender al presidente López Obrador.

 

Una y otra vez lo ha hecho desde que Gutiérrez Müller acudió a su informe y le levantó la mano, mientras el Presidente le encargaba al gobernador Barbosa esclarecer el turbio asunto de los Lobos BUAP y el dinero público desviado a un equipo de futbol profesional que administraba la hija del rectorcito.

 

¿Por qué ofende Esparza a López Obrador?

 

Porque el rectorcito da a entender que la plaza de definitividad otorgada a Gutiérrez Müller es un cochupo, un favor político realizado a la esposa del Presidente. Despoja esa plaza del mérito académico que tiene la historiadora y escritora para cumplir con su actividad docente en el instituto Vélez Pliego.

 

¿Esa plaza es un cochupo, un acto de corrupción, un favorcito?

 

Lo dudo mucho. No conozco personalmente a Gutiérrez Müller, pero desde fuera no la considero la persona que se vende por los 16 mil pesos mensuales que implica esa plaza definitiva como docente-investigadora de la BUAP. La sola sugerencia la rebaja no sólo en su categoría como persona, no sólo como académica, sino como compañera del Presidente que comparte los ideales de la Cuarta Transformación.

 

Tan desesperado está en la víspera navideña el rectorcito Esparza que decidió jugársela, ofender al Presidente con tal de aparentar que tiene respaldos políticos de alto nivel que, según él, taparán sus actos de corrupción. Que lo protegerán de lo que viene. O de lo que ya tiene encima.

 

Ya se vio que no.

 

Cumpliendo sus obligaciones como auditor, Francisco Romero Serrano le envió dos auditorías, una por 2018 y una preventiva 2019, sin que recibiera un telefonazo desde Palacio Nacional o alguna oficina de la Federación ni para hundirlo pero tampoco para ayudarlo.

 

Tampoco se prestaría. Se trata de un procedimiento legal que le sorprende a Esparza porque, en los últimos quince años, nadie le había escarbado a las finanzas universitarias que se convirtieron en un coto de corrupción y dispendio. La BUAP no se merece eso.

 

¿A qué le teme el rectorcito si todo está legal, si ha cumplido con todos los ordenamientos?

 

En el desayuno de los reporteros de la fuente universitaria, Esparza volvió a exhibir todo su nerviosismo. Aceptó que cuando llegaron los auditores de la ASE la Tesorería estaba cerrada, según él porque ya no aceptan facturas ni ejercen recursos.

 

 ¿Apoco el tesorero Óscar Gilbón se va de vacaciones desde octubre y ya no se le vuelve a ver? ¿Sigue cobrando sueldo o nomás vegeta?

 

Pero los auditores de la ASE no fueron a dejar facturas ni a solicitar recursos: fueron a ejercer sus facultades legales de revisión de los recursos públicos. Es como si alguna empresa se negara a recibir o cumplir un requerimiento del SAT por el hecho de que ya no tiene recursos. Las visitas que realizan tiene toda la fuerza legal.

 

También el rectorcito se quejó de la posibilidad de que la auditoría sea rigorista. ¿Qué significa esto? ¿Que deben ser blandos o exigir menos? ¡Ah caray! Esparza, que es contador e incluso tiene un despacho privado, peca de sonso: por supuesto que todas las auditorías deben ser rigurosas. ¿Si no para qué son?

 

Por supuesto, hará bien Esparza en tomar muchas cantidades de té tila para los nervios porque los problemas se le acumulan y tendrá un complicadísimo 2020, resultado de sus excesos. La jefa de rectoría, Isabel Hermoso, debe apapacharlo mucho en estos días navideños.

 

Imagine el 2020 del rectorcito Esparza. Pleito legal por la venta de Lobos BUAP. Denuncia penal por la malversación de recursos públicos al enviar 466 millones de pesos al equipo de futbol e investigación de la FGE. Dos auditorías practicas por la ASE. Petición de devolución de recursos por el Laboratorio de Análisis de Obra Pública que no construyó. Nadie le toma las llamadas, ni en Casa Aguayo ni en la SEP estatal.

 

¿Con ese alud de problemas, qué necesidad de ofender al presidente AMLO y a su compañera haciendo pasar por cochupo un mérito académico?

 

Sólo le falta que desde San Lázaro se apruebe un punto de acuerdo para solicitar que la Auditoría Superior de la Federación también le haga una revisión especial a los recursos federales que ejerce. O que la Unidad de Inteligencia Financiera ya le ande escarbando su patrimonio personal, sus despachos. Ah, y también a Isabel Hermosa. ¿O Hermoso?

 

¡Feliz navidad, rectorcito!

 

 

Consuélese leyendo una edición del Tlacoyo News.

 

¡Salud!

 

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