Hace unos meses, justo en el invierno de su descontento con Eukid Castañón, a Fernando Manzanilla un día sí y otro también se daba el trato de Duque en referencia irónica a su parentesco materno con la Corona española.
Desde el diario 24 Horas Puebla, propiedad de Eukid, el secretario General de Gobierno era la diana favorita del bro Mario Alberto Mejía en su Quintacolumna, donde diariamente nos daba cuenta de las aventuras y desventuras del Duque Manzanilla.
Un día, nadie sabe cuándo, el invierno de los descontentos se deshieló, y el Duque Manzanilla dejó de ser Duque en La Quintacolumna de 24 Horas Puebla, y el bro Mejía volvió a darle trato de Don Fernando Manzanilla.
Esa extraña convergencia, por supuesto, no es una coincidencia, sino un punto de inflexión más en esa oculta y oscura reconciliación entre Manzanilla y Eukid, que más tarde se convirtió en complot y detonó el despido fulminante del secretario de Gobernación.
Y es que en su video de despedida, Manzanilla dijo que se fue porque ya había decidido que se iba, aunque no se había ido, y sólo esperaba que terminara el 2019 para irse.
Vaya enredo en sus decisiones.
¿Si ya había decidido irse, por qué no se fue?
¿Por qué en todas las entrevistas que dio entre noviembre y diciembre del año pasado dijo que no se iba y continuaría en la Segob?
¿Por qué si recibió tantos maltratos y humillaciones desde el segundo piso de Casa Aguayo, no tuvo un arrebato de dignidad y se fue, especialmente luego de que no fue ocupado ni para llevar el informe al Congreso local?
Se trata, claro, de una mentira: pese a los mensajes de que ya no era bien visto, de que había perdido la confianza, de que su jefe ya no lo quería como secretario, Manzanilla decidió resistir hasta la ignominia. Y así lo hizo, hasta que la liga se reventó.
¿Y cómo se reventó la liga?
Cuando el gobernador Barbosa confirmó que no sólo trabajaba desde su gabinete con la oposición a Morena, sino que había construido una alianza siniestra con Eukid Castañón para atacarlo a él, a su gobierno y a su familia desde redes sociales con la cuenta @DesgobiernoPue.
Y si los chats de WhatsApp no son suficiente prueba, la muy extraña elegía-defensa de Manzanilla, redactada por el bro Mejía y publicada en 24 Horas Puebla, termina de cerrar el círculo de la complicidad negada con Eukid, el dueño de ese medio.
Una elegía que casi nos hace derramar lágrimas por el soldado caído.
“Fernando Manzanilla fue un sobreviviente del morenovallismo y del barbosismo hasta que el destino así lo quiso.
“Dos meses o más enfrentó la furia y el desencanto.
“Minada la confianza, se refugió en Gobernación y se ató al escritorio.
“Muchas lunas vio pasar.
“Desde su oficina escuchaba el ladrido de los perros, sí, pero también el rugido de los leones.
“Un reloj suizo fue su compañero de naufragio.
“Hoy, por fin, terminó su cautiverio.
“Nuevas rutas vendrán en su hoy holgada agenda.
“La primera tiene que ver con su regreso a San Lázaro.
“La segunda, más a largo plazo, será la construcción de una candidatura rumbo a 2021.
“Mucha sangre veremos correr todavía”.
Hasta ahí la larga pero necesaria cita al bro Mejía.
¿De verdad se necesitan más pruebas?
Otra vez, Eukid y Manzanilla son uno mismo, y ambos tienen un enemigo en común: Luis Miguel Barbosa.
Y todo lo que venga en Puebla tendrá que ser leído bajo esa lógica: Manzanilla pasó de aliado a empleados, a enemigo, y desde hoy es oposición.
Lo demás, sobra.