Carente de talento político y con sólo una diputación federal en su currículo, Martha Erika Alonso eligió a Genoveva Huerta como dirigente estatal del PAN porque le parecía sensato que una mujer dirigiera —por lo menos en la forma— la campaña de la primera mujer candidata a gobernadora de Acción Nacional. Después de la victoria pensaba ofrecerle un puesto en el gobierno para colocar a alguien con más talento.

La muerte impidió que Martha Erika Alonso sacara de la dirigencia a Genoveva Huerta, pero le dejó el problema a Acción Nacional que, en tiempos difíciles, tiene el peor Comité Directivo Estatal de su historia, pues entre los tantos errores que cometió la ex diputada federal, brillan dos tanto como oro: entregarse a los brazos de Fernando Manzanilla y nombrar a su novio como representante del PAN ante el IEE.

Lo segundo brilla más que lo primero, pues se trata de una ofensa para todo el panismo poblano ya que entre los miles de militantes que tiene el albiazul, Genoveva Huerta no encontró a otro más idóneo que a su novio, Irving Vargas Ramírez, con quien inició su relación hace cinco meses según las redes sociales.

¿Había necesidad de colocar ahí a su pareja sentimental, en detrimento siempre de su propio liderazgo? ¿Por qué convertir su amor, su noviazgo, en amor de nómina?

Genoveva no puede aducir que es un premio a la experiencia o que tiene el expertis adecuado, ya que sin duda hay muchos panistas con mejor perfil para esa función, que es la delicada tarea de defender los intereses del albiazul ante el órgano electoral local, pero también enfrentar a la aplanadora de Morena.

¿De verdad cree que tiene la experiencia o los tamaños para hacerlo? Porque revisando su currículo, no se ve por dónde, ya que nunca ha estado en una posición semejante.

¿O es premio por cosas que hace en otra arena? ¿Por ejemplo, la arena del amorts?

Genoveva, pues, es un desastre. Entregó al novio la representación del IEE y a Manzanilla la Comisión de Elecciones por medio de Fernando Rojas. Precisamente, en los días posteriores a la muerte de Moreno Valle y de Martha Erika, la ex diputada federal encontró como vía de supervivencia pactar con el entonces titular de SGG.

En este pacto Genoveva fue estéril para darles el control del Comité Municipal, pues el candidato manzanillista perdió y en cambio Jesús Zaldívar se alzó con la victoria que todavía está pendiente de ratificarse en el TEPJF.

Ahora que Manzanilla está fuera de Gobernación, sigue dando indicaciones a Genoveva, que corrió a la esposa de Zaldívar de una posición sin importancia, y le quitó a Mónica Rodríguez de la Vecchia la coordinación de los cuatro diputados panistas en el Congreso sin un argumento contundente, excepto el mensaje de alianza con Gali que envía al colocar ahí a Oswaldo Jiménez.

El PAN le estalló entre las manos a Genoveva, pues Martha Erika se equivocó al colocar ahí a una mujer sin talento, ni talante, y a la que sólo le alcanzó para darle chamba al novio para darse el lujo de vivir un amor con cargo al erario.

*** ¿Y Mancilla? Por cierto, este día hay sesión de la Comisión Permanente y será interesante ver si se aparece el magistrado Israel Mancilla, otro de los que pactó con Fernando Manzanilla cuando era SGG para mantenerse en la posición en el TSJ,  pese a que lo aborrecen en el segundo piso de Casa Aguayo. Ese aborrecimiento se confirmó con el chat de los magistrados morenovallistas que publiqué hace un mes.

¿Apoco Mancilla querrá seguir jugando a ser magistrado y ser panista al mismo tiempo? Ya veremos hoy.