¿Algún diputado, alguna fuerza política puede negarle a Gilberto Higuera Bernal que permanezca al frente de la Fiscalía General del Estado, ahora como titular y no como suplente-sustituto de Víctor Carrancá, personaje de ingrata memoria? La primera y la más importante de las razones para su permanencia es que, a diferencia de su antecesor, desde que llegó al cargo en septiembre de 2018, nadie puede acusarlo de cometer una inmoralidad o una infamia.
Es decir, a diferencia de Carrancá, Higuera Bernal no ha metido a nadie a la cárcel por consigna ni por corrupción. Parece poco, pero en realidad es mucho, dado que el periodo de Carrancá —que duró más siete años— se caracterizó precisamente por eso: por el alto nivel de corrupción y por meter a la gente a la cárcel según el humor con el que se levantaba Moreno Valle.
Por supuesto que el fiscal general del estado debe ser un tipo con alta cualificación técnica, más en estos tiempos del controvertido Nuevo Sistema de Justicia Penal. Entre los quince candidatos al puesto, claro que los hay: ejemplo de ello son el abogado Gabriel Hernández Campos y Luis Cuauhtémoc Hidalgo, dos excelentes aspirantes con preparación.
Pero el fiscal general también debe tener autoridad moral, pues en sus manos está la persecución de delitos, y aunque un juez determina si procede o no una acusación, el entramado de las infamias se arma en la FGE y antes en la Procuraduría.
Víctor Carrancá llegó a Puebla como procurador con un apellido lustroso, y se fue en 2018 con un apellido deslustrado por sus propias acciones que lo hicieron perder su poquita autoridad moral.
¿La peor? La inmoral criminalización de los pobladores de Chalchihuapan con la teoría del “cohetón” como causa eficiente de la muerte del menor José Luis Tehuatlie, cuyo objetivo real era deslindar responsabilidades a la Policía Estatal y al titular de la SSP, Facundo Rosas Rosas.
Tan burda fue la fabricación de la teoría del cohetón, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) investigó el caso e hizo responsable al gobierno poblano, al que ordenó la indemnización de los pobladores y solicitar disculpas públicas, así como a someter a procesos penales a los policías involucrados.
Sin nada de prestigio ni autoridad moral, Carrancá se dedicó al negocio a través del subprocurador José Carlos Proal, que nunca pudo aprobar los exámenes de control de confianza, pero su despacho jurídico tuvo un súbito éxito ya que no perdió un caso y obtenía puros triunfos, cuestiones que en su momento narró y documentó el director de Intolerancia, Enrique Núñez.
Infamia desde el poder y corrupción fueron los sellos distintivos de Carrancá, por lo que la llegada de Higuera Bernal —personaje con mucha experiencia en PGR— se convirtió en oxígeno para una Fiscalía desprestigiada.
Reconstruyó la institución, consiguió más presupuesto pese a que no era de ningún grupo, y los utilizó para capacitar más peritos, más agentes del MP y ministeriales, y reabrir agencias en todos los distritos del estado.
Que a nadie se le olvide que Higuera Bernal llegó en la administración de Gali y fue avalado por los panistas. ¿Apoco ahora votarán en su contra?
En esos veinte meses al frente de la Fiscalía, Higuera Bernal no usó su posición para una inmoralidad. El caso Patjane, aunque parecía débil, en más de tres meses no ha sido tumbado por tribunales federales. Y ahora un grupúsculo de “activistas” pretende ensuciar el proceso de designación con el caso del ambientalista que la semana pasada quemó patrullas en su lucha contra el colector de aguas industriales en la zona de Huejotzingo.
Para ser ratificado como fiscal, Higuera Bernal necesita dos terceras partes, es decir, 27 votos que reunirán fácilmente Morena y el PAN. ¿Por qué los dos polos opuestos? Primero, porque para los diputados de Morena encaja perfecto en lo que afirmó Luis Miguel Barbosa desde su campaña y luego ratificó siendo gobernador: que desde el poder público no se cometa ninguna infamia.
Y para el PAN, porque Higuera en su momento fue avalado tanto por Moreno Valle como por Gali, por lo que es la garantía de que no habrá persecuciones injustas en contra de los panistas, ahora que se acercan los momentos electorales.
Si alguien tiene una carta mejor que Higuera Bernal, que la saque.