Si hay algo de lo que no puede acusarse ni a Morena, ni a Luis Miguel Barbosa, es la incapacidad de la oposición para darle interés a los siguientes tres meses de la contienda electoral extraordinaria una vez que se acabó el proceso interno del nuevo ‘partidazo’. Ni el partido de López Obrador, ni el ex candidato que se perfila a repetir como candidato, son culpables del esperpento en el PRI, en el PAN, y luego en los demás partidos de la ‘chiquillada’.

 

El esperpento más terrible es de Acción Nacional, pues la muerte de Moreno Valle demostró que sin él no eran nada ni sus amigos ni sus enemigos. En busca de candidato, han vuelto a sus viejos pleitos de familia. Ayer, por ejemplo, Pablo Rodríguez y Ana Teresa Aranda se dieron un agarrón en la pelea de las migajas.

 

Pablo, que no tuvo arrestos para salir de su zona de confort y buscar la candidatura a gobernador, amenazó con una huelga de ‘brazos caídos’ en caso de que el CEN designe a ‘Doña Derrotas’ como su candidata. ¿El argumento? Que muchos panistas se sienten agraviados con el papel que jugó los últimos años, cuando incluso fue candidata independiente.

 

El pleito es familiar y sus antecedentes se remontan a las diferencias entre Yunques y ex Yunques, hechos que no nos proponemos tocar por tratarse de polvos de viejos lodos. Con la muerte del ex gobernador han vuelto a lo que eran: pelea por la dirigencia, las plurinominales, y una que otra alcaldía.

 

 

‘Doña Derrotas’, que se sabe favorita en el CEN por quién sabe qué razones, le entró al pleito señalando que si ella es la candidata, muchos de los desplazados y humillados por el ex gobernador volverán al PAN, lo que no gusta a Pablo.

 

La verdad es que se disputan las migajas, porque Marko Cortés suspendió la designación mientras entabló una línea de negociación para ofrecerle la candidatura a Alejandro Armenta una vez que todos saben que por Morena no va a pasar. El plazo de esa línea de negociación vence hoy en la noche, y si transitara, todos los que se inscribieron en el proceso panista se van a quedar con cara de bobos.

 

 

Al PRI, con Jiménez Merino, ni siquiera le alcanza para migajas. Casi todos los columnistas de Puebla dieron por favorito al empresario Ricardo Urzúa, pero Mario Marín prefirió hacerle justicia a su ex titular de Desarrollo Rural y uno de los pocos que se han mantenido fieles pese al ayuno que viven desde 2010.

 

Afortunadamente en estos comicios extraordinarios el PRI no se juega perder el registro local, porque con ‘Don Rural’ Jiménez Merino va a estar difícil que sobrepasen el 5 por ciento, pero en un mal día se quedarán con 3 por ciento. Ex diputado federal y delegado de Conagua, Jiménez Merino apenas tiene 10 por ciento de conocimiento, es decir,  nueve de cada 10 poblanos no saben quién es. Su competitividad es nivel cero.

 

El veto de facto impuesto por Osorio Chong a Enrique Doger se cumplió: pese a ser el mejor posicionado, con conocimiento e intención de voto, fue despreciado. Cuentan que salió fúrico antes de afirmar que sigue en el PRI… de momento.

 

¿Qué posibilidades tiene de competir alguien que apenas tiene conocimiento del 10 por ciento? ¿A qué le juega Claudia Ruiz Massieu? ¿Cuál es el pacto con Morena para terminar de desfondar a su propio partido?

 

Porque sin un candidato competitivo como Doger, con un Zavala incrustado en el barbosismo, con Estefan con el dinero de Finanzas, con un Melquíades con un pie en el asilo, ¿qué queda? Pues asirse a Mario Marín, el ‘góber precioso’, quien prefirió a Jiménez Merino que al millonario sospechoso Urzúa. Ya veremos cuántos votos saca, pero si logra 300 mil será un milagro.

 

Por su parte, el PRD reducido a nivel hongo, ha apostado por Carlos Martínez Amador, aunque nadie sabe realmente por qué y si su perfil regional dará para llegar por lo menos al 3 por ciento de la votación.

 

En Movimiento Ciudadano no se deciden, pero yo creo que Fernando Morales no va a perder la oportunidad, por lo menos una vez en su vida, de haber sido candidato a gobernador aunque sea de un ‘minipartido’.

 

Nueva Alianza, de plano, ya le notificó al INE que si saben contar, no cuenten con ellos en los comicios extraordinarios. No van a postular candidato porque han amarrado una alianza de facto con Morena.

 

¿Y Compromiso por Puebla?

 

 

¿Y el PSI?

 

 

Los ‘satélites’ morenovallistas ya no le interesan a nadie.

 

¿Qué culpa tiene Barbosa de que no haya oposición en Puebla?