Me gusta usar este tipo de recurso similar a la analogía para describir lo que está pasando en las campañas electorales. En efecto, es más bien parecido a una batalla que a una carrera por la gubernatura. El asunto aquí es, si la excelsa preparación académica y aparente decencia personal del peso crucero (Cárdenas) o la astucia y experiencia partidista del peso pluma (Jiménez), podrán contra el amplio favorito y muy fortalecido peso completo (Barbosa).
En efecto, las reglas de esta batalla las pone la Ley Electoral, fuera de eso, está permitido hacer prácticamente cualquier otra cosa. El asunto aquí es que de acuerdo con las encuestas que han estado circulando, el segundo lugar (Enrique Cárdenas) y el tercer lugar (Alberto Jiménez) no están soltando golpes. Pareciera que más que respeto a la candidatura de Miguel Barbosa, le tienen miedo. En efecto, el propio Miguel Barbosa, inteligentemente, ha manifestado que no atacará a Cárdenas, mientras éste tampoco lo haga.
Por supuesto, a Enrique Cárdenas parece no importarle demasiado su candidatura. Él mismo ha manifestado en entrevistas, que: “si le va bien, qué bueno; si le va mal, ni modo”. Hay que entender que la ambición de este personaje llegaba únicamente a aparecer en la boleta electoral, y lo que sigue a eso está en el aire y no le preocupa.
Además, sus spots dejan en claro que no tiene intenciones por ser vinculado directamente por los partidos que lo respaldan. En su afán de declarar y hacer notar su supuesta candidatura ciudadana. La estrategia está clara, juntar al voto duro de cada uno de los partidos a los que representa, con los de los ciudadanos indecisos y el de la supuesta “clase educada”. En efecto, el Partido Acción Nacional quiere ‘lavarse la cara’, postulando a un candidato supuestamente impoluto, de buena reputación, pero que de antemano sabe, no va a ganar.
Por otra parte, qué esperar del peso pluma, del tercer lugar según las encuestas. Tiene la ventaja de contar con el partido más viejo en nuestro país; así como de tener el mayor número de ayuntamientos ganados en el estado, aunque no los más importantes. Lo que puedo decir es que no tiene mucho sentido hablar de él.
Claro, Jiménez Merino solamente está cobijado por el PRI sin ninguna coalición, y hay que decir que muchos de los priistas de antaño en el estado traicionaron a su militancia desde el proceso electoral pasado donde resultó triunfadora la ex gobernadora Martha Erika Alonso, apoyándola abiertamente ¿Qué nos asegura que todos los militantes de relevancia en el PRI lo apoyarán? Seguramente lo traicionarán, como lo han hecho en el pasado. Además, hay que decir que no es una persona con elocuencia y convencimiento mediante la palabra, ¿a quién va a convencer de votar por él?
En conclusión se ve muy complicado que Miguel Barbosa pierda esta elección. Solamente algo verdaderamente extraordinario podría ocasionarlo. Es el rey sin corona en esta batalla. Veremos de qué forma reaccionan los otros dos contendientes. Si deciden ser más agresivos o si ellos mismos terminarán por ceder ante lo inevitable.
El Realismo en el análisis.
