En esta oportunidad, ofrezco a mis lectores una reflexión de coyuntura política. No sólo a nivel estatal en el caso de Puebla, sino de interés nacional por todas las variables a considerar con respecto a la próxima elección extraordinaria.
En efecto, como poblano, me hubiera encantado que una figura vinculada con la historia de mi alma mater, la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), se convirtiese en el próximo gobernador. Desafortunadamente, considero que, por varias razones, el doctor Enrique Cárdenas no es el sujeto con las mejores credenciales. A continuación, daré los principales puntos por los que no lo visualizo como una opción favorable.
. Incongruencias: pensemos, ¿qué tipo de ideología tiene este personaje? ¿Se trata de un hombre de izquierda, de derecha, de centro? En el año 2017, figuraba como el posible candidato de Morena a la gubernatura; no obstante, con el anuncio de que Luis Miguel Barbosa sería el elegido, Cárdenas decidió alejarse del partido por sentirse despreciado. Posteriormente, inició un movimiento para conseguir una candidatura independiente, pero que no prosperó. Ahora, con el cobijo de las siglas del PAN, PRD Y MC, pretende retomar su aventura hacia el poder. Aun cuando fue un crítico del morenovallismo.
. Características personales: economista de profesión, egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y con posgrados en la Universidad de Yale, bien se podría catalogar como un tecnócrata e intelectual mexicano. Sin embargo, es bien conocido que la academia y la investigación no es lo mismo que la actividad política. Tiene una preparación alucinante y digna de apreciar, y ciertamente, se puede llegar a ser ambas cosas (académico y político), pero ¿qué podemos esperar de un tecnócrata que ha intentado llegar al poder por vías antagonistas entre sí? A decir verdad, se trata de un hombre que se nota a gusto con un bajo perfil, sin llamar tanto la atención. Eso es justamente lo que no se busca en un candidato.
. Deuda de favores políticos: como bien lo mencioné en el punto anterior, la academia y la política son cosas distintas. En la primera, regularmente se aprende a hacer bien las cosas, con método y ciencia, aprendiendo la viabilidad de las opciones; en la segunda, igualmente se utiliza el conocimiento, pero con la astucia y picardía necesarias. Seguramente, el PAN, PRD y MC, en el caso hipotético de ganar la elección, no le permitirían al propio Cárdenas hacer lo que él quisiera. Muchos puestos y condiciones de políticas públicas dependen, por supuesto, de los intereses de los grupos que lo ayudarían a llegar al poder. Con lo cual, la intención y acción de hacer “bien las cosas” se limitan.
. Falta de conocimiento entre la población: no sé si exista hoy en día alguna encuesta sobre el conocimiento del actual candidato del PAN a la gubernatura, pero seguramente es mucho menor que la de sus adversarios; sobre todo, si tomamos en cuenta que muy seguramente el candidato de MORENA será Luis Miguel Barbosa. En este sentido, salvo algunos sectores como el de los académicos-investigadores y comunidades universitarias en Puebla, son los que reconocen a Cárdenas como un actor de importancia.
. El candidato que fragmenta todavía más al PAN: en efecto, llegó a estar un tiempo en Morena y criticar abiertamente al morenovallismo. Ahora, es el abanderado blanquiazul y con ese nombramiento se desataron detractores. Cárdenas no era un militante, ni siquiera un simpatizante del partido que ahora defiende. Pasar por alto esos grandes detalles seguramente le costarán caro al de por sí ya muy dividido Partido Acción Nacional.
Hay que esperar a que las piezas del ajedrez político vayan moviéndose. Por lo pronto, no veo buen pronóstico para los partidos tradicionales. El PAN de Enrique Cárdenas está tratando de ‘lavarse la cara’ y limpiar un poco su imagen. Veremos si les alcanza.
El Realismo en el análisis.
