A las 15:42 horas del 15 de junio de 1999 se registró uno de los sismos más intensos en la historia de Puebla y de México. Tuvo una magnitud de 7.5 y causó la muerte de 52 personas, provocó la caída de miles de casas y generó daños severos a monumentos históricos, hospitales y escuelas.

Con epicentro en Tehuacán, Puebla, se sintió en Oaxaca, Guerrero, México, Morelos, Tlaxcala y Veracruz. Los mayores daños ocurrieron en la ciudad de Puebla: el movimiento afectó 437 templos, alrededor de 841 escuelas y 88 hospitales; entre los edificios dañadas estuvieron el Carolino, de más de 400 años de antigüedad, el templo de la Compañía, el Palacio de Justicia, el edificio de Correos, la Biblioteca Palafoxiana, el Palacio Municipal y el Museo José Luis Bello; se suspendió 90 por ciento del suministro de energía en la capital del estado y 50% en toda la entidad.

También hubo afectaciones en Acatlán, Amozoc, Atlixco, Cholula, Izúcar de Matamoros, Ozolco, Tecamachalco, Tehuacán, Tepeji de Rodríguez. “El terremoto jalaba hacia un lado y otro. La gente cayó arrodillada rezando. Yo estaba en mi carro [coche] y brincaba sin poder avanzar”, recogió un testimonio el periódico español El País en su edición del 17 de junio de 1999.

Las autoridades de los diferentes niveles de gobierno tienen varios retos de cara a los sismos, desde ampliarla red de monitoreo, así como verificar el cumplimiento de las normas de construcción, coincidieron académicos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) en rueda de prensa para recordar el sismo del 15 de junio de 1999.

El entonces presidente, Ernesto Zedillo Ponce de León, hizo un recorrido por Puebla, fundada en 1524 y declarada patrimonio de la Humanidad por la Unesco; al término del recorrido declaró que “dada la intensidad de este seísmo, creo que no nos fue tan mal”.

Fuente: Datamos