El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, aseguró que la Iglesia no encubre la pederastia, pues el sacerdote de Quecholac acusado de abusar sexualmente de una menor de edad fue separado de sus deberes eclesiásticos, con lo que descartó que esté prófugo de la justicia.

En entrevista, Sánchez Espinosa aseguró que el caso está en manos de la Fiscalía General del Estado (FGE) ya que la Arquidiócesis de Puebla aún no cuenta con la denuncia formal en contra de Adalberto N y están a la espera de que el Consejo de la Arquidiócesis de Puebla para la Atención de Casos de Abusos de Menores, sea requerido.

“Nosotros no tenemos ninguna denuncia, al arzobispado no ha llegado ninguna denuncia, la denuncia ni siquiera es conmigo precisamente para que no digan que yo encubro, es en un consejo que todas las diócesis tenemos por indicaciones del Papa, en el Consejo de la Arquidiócesis de Puebla para la Atención de Casos de Abusos de Menores está un médico, una psicóloga, dos abogados y un canonista”, dijo.

Por lo que exhortó a la familia de la menor presuntamente abusada sexualmente a que presenten la denuncia ante los tribunales eclesiásticos para aplicar las sanciones correspondientes contra el párroco y para poder atender el caso y dar el seguimiento oportuno, pues enfatizó que no se encubrirá ningún caso de abuso contra menores en la entidad.

Además, comentó que después de enterarse de la denuncia en contra del sacerdote ante la Fiscalía General del Estado de Puebla, de inmediato se ordenó la separación del cargo del acusado para no intervenir en las investigaciones.

“No está prófugo, simplemente yo lo retiré precisamente como una medida cautelar como nos pide el Papa, lo tengo que retirar de la comunidad y del ministerio hasta que se aclare su culpabilidad o inocencia”.

Cabe destacar que el sacerdote Adalberto N fue denunciado el pasado 31 de julio por los padres de la menor presuntamente abusada sexualmente ante la FGE, además que la víctima confesó que el párroco había abusado de ella sexualmente en varias ocasiones, pero la menor decidió callar por miedo a represalias en contra de ella o su familia.