Una bala perdida arrebató la vida de Brayan N, un pequeño de apenas nueve años de edad, cuando se encontraba jugando en el patio en su casa ubicada en la calle Cholula, en la cabecera municipal.

De acuerdo con los primeros reportes, se sabe que minutos después de las 20:00 horas del pasado sábado 31 de agosto, vecinos reportaron detonaciones de arma de fuego provenientes de una riña entre dos bandas rivales en las inmediaciones de las canchas de futbol rápido Zaragoza.

Un par de balas perdidas hicieron blanco en el pequeño Brayan N, de nueve años de edad, quien casi al instante perdió la vida, además de una mujer que se reporta estable de salud.

Tras los hechos, familiares y vecinos se organizaron para ‘peinar’ la zona y buscar al autor o autores del homicidio, pero no localizaron a nadie.

Familiares del pequeño se quejaron de que constantemente se escuchan detonaciones de armas de fuego y ante la falta de patrullajes son constantes la riñas entre las bandas que operan en la zona.

El Werito murió jugando en el patio

Brayan N, a quien sus seres queridos apodaban de cariño ‘El Werito’, perdió la vida la noche del pasado sábado tras recibir un impacto de arma de fuego cuando se encontraba jugando en el patio de su casa.

El pequeño era amante del futbol y cursaba el tercero de primaria, era un niño muy querido por sus familiares. A Brayan le gustaban los bailes ‘sonideros’ y era muy activo en la redes sociales; era muy popular entre los niños de su edad.

Cuatro niños muertos en menos de un año

Brayan es la víctima número cuatro en menos de un año de supuestas ‘balas perdidas’, sólo en un caso se ha detenido al presunto homicida.

El pasado 12 de marzo, Rodrigo N conducía un tráiler sobre la carretera federal a Atlixco, a la altura de Chalchihuapan, Ocoyucan, cuando sostuvo una riña vial con un automovilista, quien minutos más tarde le dio alcance en la misma vialidad y accionó su arma de fuego para intimidarlo, sin embargo una bala alcanzó al pequeño Rodrigo N de dos años de edad.

Inicialmente el conductor del tráiler no se había percatado de que su hijo había sido alcanzado por una bala, pues estaba dormido en el camarote.

La noche del pasado 5 de mayo en San Pedro Cholula, Santiago N, de apenas nueve años de edad, salió de su hogar para cuidar coches en el estacionamiento del Hotel "María Sofía" en compañía de su abuelo Ernesto A, sin saber que ya no regresaría con vida.