Luego de que Ejército mexicano detuvo este jueves a Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, en Culiacán, en medio de una jornada violenta por la balacera entre integrantes de las Fuerzas Armadas y un grupo de civiles armados, la zona amaneció con calles vacías, tiendas cerradas, sin clases y transporte.

Sobre la calle donde ocurrió la balacera  nadie circula, ni las patrullas del Ejército ni la Policía Estatal, los negocios permanecen cerrados y en la zona no hay transporte público.

Ayer, la Secretaría de Educación Pública anunció la suspensión de clases en Culiacán, pero la Universidad Autónoma de Sinaloa prefirió hacerlo de forma general para todos los sistemas educativos y administrativos.

Lo anterior, tras un día de que Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", fue detenido y posteriormente liberado por elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Ese evento causó la toma de Culiacán por grupos de hombres armados, quienes hicieron el cierre de calles, casetas de peaje, quemaron vehículos y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Además, se registró la fuga de al menos 27 personas del Penal de Aguaruto.

Por esos disturbios, hubo personas que prefirieron resguardarse en supermercados y negocios, dónde fueron acogidos como medida de seguridad.