Miguel Barbosa Huerta cumplió con su promesa de acabar con la fatuidad y la fantochería a la que los gobernantes tenían acostumbrados a los poblanos, pues desde el día uno, durante su toma de protesta como gobernador de Puebla, terminó con los tratos y los accesos VIP característicos del régimen morenovallista.

Tras haber rendido protesta ante el Congreso del Estado como gobernador constitucional del estado, Barbosa Huerta arribó al Auditorio Metropolitano para encabezar un acto protocolario diferente a todo lo antes visto por los habitantes de la entidad.

Verbena, danzas prehispánicas, rituales de los pueblos originarios, mensajes en lenguas nativas, collares de flores, incienso y copal envolvieron a Miguel Barbosa este primero de agosto tras asumir su cargo como gobernador del estado.

Rodeado de sus allegados, como Gabriel Biestro, Verónica Vélez, José Luis Nájera, Carlos Figueroa, David Méndez, por mencionar algunos, Barbosa Huerta inició su mensaje agradeciendo y saludando a sus invitados, entre ellos a personajes de la administración federal como Marcelo Ebrad, Zoé Robledo y Olga Sánchez Cordero.

Luego de dos años de una intensa lucha, Barbosa Huerta reconoció que la coyuntura político-electoral dividió al estado, sin embargo, manifestó que Miguel Barbosa Huerta puso en marcha la reconciliación de toda la entidad al manifestar que “la novela de la coyuntura política ha terminado y es tiempo de gobernar”.   

En medio de aplausos, el gobernador poblano dijo que a lo largo de los dos años en los que se vivió el conflicto electoral en Puebla, aprovechó para recorrer la entidad y entablar una amistad con los 217 presidentes municipales a lo largo y ancho del estado, por lo que les prometió un trabajo coordinador para revertir los problemas de inseguridad y detonar el desarrollo económico en sus demarcaciones.

Sin embargo, Barbosa Huerta no dudó en comenzar a poner orden y, sin referirse específicamente a alguno de los ediles del estado, el mandatario estatal les exigió hacerse responsables de la seguridad de sus municipios y dejar de justificarse con que éste se trata de un problema de percepción ciudadana, ya que manifestó que únicamente exhibe que han sido incapaces de hacer frente a dicha problemática.

Pese a la seriedad del acto, incluso Miguel Barbosa se dio tiempo de interactuar y hasta de bromear con sus invitados, pues en el momento en que alguien desde las butacas le pidió a gritos la transformación de San Francisco Totimehuacan de junta auxiliar a municipio, tras unos breves segundos de silencio, el gobernador electo contesto con un simple ‘lo tengo registrado’, situación que desató las risas entre los asistentes.

 Además, Miguel Barbosa aprovechó para cumplir otra promesa más de las que realizó durante la campaña al revelar el monto global de la deuda heredada por Rafael Moreno Valle, misma que, dijo, asciende a los 44 mil millones de pesos, resultados de los compromisos signados por el régimen morenovallista.

Barbosa Huerta incluye a los pueblos originarios

Además, como parte de su promesa de desterrar la fantochería del ejercicio del poder, Miguel Barbosa encabezó una ceremonia en la que recibió por parte de los pueblos originarios de la entidad el bastón de mando con el que lo reconocieron como el líder de las siete comunidades que habitan en la entidad.

Además, como parte de su reconocimiento a estas comunidades, Barbosa Huerta reiteró su compromiso de instalar en Casa Puebla el Instituto de los Pueblos Originarios y sus Lenguas, además de que manifestó que para exorcizar a los denominados que residen en este inmueble público, será abierto para que las familias poblanas lo disfruten e incluso puedan realizar días de campo.