Viernes, 26 de Abril del 2024
Indicador Político

Las elecciones presidenciales en los EEUU no muestran una lucha entre los dictadores que siguen a Trump y los democráticos que quieren a Biden-Obama. Al final del día, los dos representan dos corrientes del mismo imperio estadunidense, que anda en busca de reorganizar su dominación interna: la derechista de los demócratas y la puritana de los republicanos.

A pesar de las insistencias presidenciales en excluir al PIB de las mediciones macroeconómicas, el presupuesto 2021 del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, volvió a privilegiar el PIB como la medida central de la política económica. Lo que no ha sabido explicar el funcionario, es la calidad de esa reactivación productiva y su efecto real en el desarrollo.

La ley de ingresos y el presupuesto de egresos de la Federación son los instrumentos de desarrollo por excelencia: señalan el papel detonador del Estado, fijan rumbos y exhiben certezas. Por eso, ninguna propuesta de ingreso-gasto del Estado puede estar condicionada a incertidumbres.

El proceso de aprobación de nuevos partidos políticos en el seno del Instituto Nacional Electoral, se salió del esquema formal de reglas claras establecidas y quedó en un juego de grupos de poder que rebasó al consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello.

El multipolítico Porfirio Muñoz Ledo encontró en la presidencia de Morena su última oportunidad para ejercer la presidencia de la República, no desde Palacio Nacional, pero sí desde el modelo soviético de convertir al partido en el centro del poder vía un politburó. El verdadero poder de los zares comunistas de la URSS estaba en su cargo de secretario general del partido, no en el de presidente de la Unión.

Desde que fue concebido como aparato de masas para la candidatura de López Obrador como líder social de masas, Morena nunca fue pensado como partido político formal y sí como un movimiento de masas coalicionista. La idea radicó en no repetir el modelo del PRI como el espacio sistémico de dominación política, pero a costa de manipular las movilizaciones de las masas.

La nueva fase de falso debate sobre la militarización tiene el objetivo estratégico de colocar a las fuerzas armadas como una estructura e institución al margen del Estado, del gobierno y de la sociedad. Pero además de estar dentro de esos espacios estratégicos, tiene un cuarto, quizá el más importante de todos: la garantía de la seguridad nacional de la soberanía externa y, con mayor razón, de la soberanía interna ante la disputa por el poder por parte de grupos delictivos.

Las agresiones de un grupo de La Tropa del Infierno del Cártel del Noreste contra fuerzas militares, derivaron en un fuerte enfrentamiento y en un video parcial donde se escucha la voz de un soldado diciéndole a otro que matara a un civil. Sin esperar indagaciones, en curso y con base en un fragmento de segundos del audio, comenzaron una campaña para, de nueva cuenta, sacar a las fuerzas armadas de su participación constitucional en labores de apoyo a la seguridad pública en fase de crisis de la seguridad interior.

Si el desplome del PIB en 2020 era inevitable en México y el mundo por la paralización productiva para romper de golpe las cadenas de contagio del coronavirus, ahora lo que viene para la economía mexicana es un gran dilema que daría vigencia o descarrilaría a la 4-T: quedarse sólo en el rebote productivo con la reanudación de actividades de sectores y empresas sobrevivientes o aprovechar la crisis para la reorganización total del modelo de desarrollo y sus metas de bienestar social.

Ya para cerrar el capítulo de Héctor Aguilar Camín, hoy, en su fase de Francisco Zarco del siglo XXI, hay que revisar algunas otras pinceladas de su papel como intelectual orgánico gramsciano del salinismo o consejero del príncipe zedillista.

La clave que representa el caso de Emilio Lozoya Austin y su operador Emilio Lozoya Thalman para revelar a corazón abierto la corrupción priista en la élite gobernante, fue probada con el video de Pío López Obrador como advertencia para replegar acusaciones.

Ahora resulta que la revista Nexos, mejor conocida como (A)Nexos en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari por su subordinación del gobierno, hoy aparece como una víctima de la 4T por un diferendo legal de una página de publicidad de 74,000 pesos, cuando con Salinas y Zedillo recibió no sólo millones de pesos en publicidad, sino también contratos amañados, el control del Canal 22, el IFE y hasta una subsecretaría de la SEP.

Las revelaciones de Emilio Lozoya Austin-Emilio Lozoya Thalman contra políticos del régimen priista a los que sirvió en mecanismos de corrupción, tendrían que analizar, con mucho cuidado, una figura perversa que apareció hace semanas, de pronto desapreció y ahora vuelve a aparecer: el juez Baltasar Garzón.

Al margen del caldo de cultivo sabroso para el chisme por las delaciones de Emilio Lozoya Austin, azuzadas por Emilio Lozoya Thalman, la reunión del presidente de la República, en San Luis Potosí, con los 32 gobernantes estatales, perdió la última oportunidad de la 4T para uno de los temas centrales de su propuesta de gobierno: el federalismo real.

A pesar de que ya se esperaban agresiones, la diplomacia mexicana supuso que el viaje del presidente López Obrador a la Casa Blanca, en julio, había sido una vacuna para evitar que el presidente Donald Trump metiera migrantes y muro en su campaña, pero ya lo hizo. Y no existe ninguna estrategia para convencer a los demócratas de la cooperación mexicana.

Las imágenes de los videos de la corrupción, hoy con Lozoya Austin o en 2004 con René Bejarano, en nada contribuyen al perfeccionamiento de la democracia porque no van precedidos de acciones de reorganización de las relaciones entre los dos poderes, sino que se agotan en el desprestigio del adversario.