Se confirma padrinazgo de Chidiac y Zavala


Notas periodísticas y una barda en la empresa Auténtico 5 de Mayo


Jorge Estefan Chidiac y Gil Campos colocaron juntos la primera piedra del distribuidor vial y en el proyecto comercial del narcoalcalde permanece una barda a favor de Javier López Zavala, candidato a diputado plurinominal, pero no hay una sola propaganda para la candidata por el distrito, Érica Suck.


Selene Ríos Andraca / Izúcar de Matamoros / Enviada

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El padrinazgo político que Javier López Zavala y Jorge Estefan Chidiac ejercieron para que Rubén Gil Campos alcanzara la candidatura priista a la presidencia municipal de Izúcar de Matamoros tiene evidencias materiales: el presidente de la Comisión de Hacienda, según notas de periódicos regionales, puso la primera piedra del distribuidor vial junto a “El Gavilán”,  cuando era apenas uno de los cinco aspirantes.

 

Y a cinco meses de la elección local, en la sede del proyecto comercial Auténtico 5 de Mayo aún permanece una barda proselitista que pide el voto para el narcoalcalde y para Javier López Zavala.


Cambio publicó ayer el relato de fuentes priistas de primer nivel, donde se menciona  que Gil Campos se convirtió en un prominente priista gracias al padrinazgo de Roberto Marín Torres, Jorge Estefan Chidiac y Javier López Zavala. Y que sólo bastaron dos millones de pesos para comprar la candidatura priista que lo llevó a la alcaldía de Izúcar de Matamoros.


En Izúcar de Matamoros duermen las pruebas que evidencian el padrinazgo que gozó Gil Campos para lograr su pase a la historia: el primer munícipe de México en ser detenido en Estados Unidos por la agencia de narcóticos Drug Enforcement Administration (DEA) por conspiración contra ese país y narcotráfico.


El primero de agosto de 2007, Fermín García publicó en su columna Cuitlatlán en La Jornada de Oriente que Gil Campos fue uno de los invitados especiales a la puesta en marcha del distribuidor vial ubicado en el crucero de los cuatro caminos, obra que tiene una inversión de 100 millones de pesos del gobierno federal conseguidos “gracias a la gestión” de Jorge Estefan.  


“(…) Este fin de semana, dos hechos dejaron evidencias de esa situación, al haber aparecido el candidato del tricolor de ese municipio, Rubén Gil Campos, en la puesta en marcha de la construcción de una vialidad, junto con autoridades locales y federales (…) En 2006 se regalaron miles de toneladas de diversos productos —que iba desde herramientas hasta fertilizantes y materiales de construcción— y muchos miles de pesos en efectivo para conseguir votos a favor del entonces candidato priista a diputado federal, Jorge Estefan Chidiac, quien curiosamente este fin de semana apareció al lado de Rubén Gil, en lo que parece ser un indicio de que se repetirán la misma estrategia del año pasado”.


Continúa el texto de García: “El domingo, con bombo y platillo se puso la primera piedra de lo que será el Periférico o Eje Poniente de Izúcar de Matamoros. Es una obra que se anunció hace varios meses y no se había hecho nada para construirla. Pero curiosamente este fin de semana, una vez que ya se definió que Rubén Gil será el candidato del PRI a presidente municipal, se convocó a un acto para arrancar los trabajos y uno de los invitados principales, junto con el legislador Jorge Estefan Chidiac, fue el señor Gil Campos”.


Para ningún matamorense es ajeno aquel encuentro, ya que todos recuerdan con exactitud la manera en que presentaron al narcoalcalde: “Gil Campos fue presentado como un ‘empresario’, aunque ya había sido electo el candidato del PRI”.


En la sede del proyecto comercial ‘Auténtico 5 de Mayo’, ubicado en la carretera federal Atlixco-Izúcar de Matamoros, aún yace un aviso propagandístico a favor de Javier López Zavala, quien se promocionó en el pasado proceso electoral como candidato a diputado plurinominal.


La barda, casi borrada en su totalidad, solamente tiene dos nombres pintados e intactos: “Javier López Zavala y Rubén Gil Campos. Trabajo + Esfuerzo = Progreso”.


El resto de la propaganda es para Gil Campos y nada más. La candidata a diputada por aquel distrito, Érica Suck Mendieta, fue completamente ignorada en la sede del proyecto del narcoalcalde.


El terreno donde se ubica “Auténtico 5 de Mayo” fungía antes como maquiladora de unos coreanos que quebraron a final de la décadas de los noventas y según relatos de priistas, Gil Campos y su cómplice Carlos Olamendi Torres —alto comisionado para la Atención del Migrante Poblano— le arrebataron las tierras al gobierno municipal y se quedaron con la antigua maquiladora.


Fue Javier López Zavala, entonces secretario de Gobernación, el que impulsó la transacción, al apoyar a Olamendi y al narcoalcalde a quedarse con la antigua maquiladora que ya pertenecía al Ayuntamiento de Izúcar de Matomoros.


“Olamendi y Gil Campos consiguieron gracias a Javier López Zavala, entonces secretario de Gobernación, que la administración municipal les diera el terreno donde se encontraba la maquiladora de coreanos que había quebrado en el pasado. La bodega se les entregó y el proyecto sigue estancado” publicó CAMBIO en su edición del lunes.


El objetivo de ‘Auténtico 5 de Mayo” era crear un corredor comercial e industrial con productos de los migrantes para apoyar a sus familias radicadas en la puerta de la Mixteca poblana.


Por supuesto, el proyecto del narcoalcalde no fue más que un elefante blanco. Actualmente no hay más que cinco naves cerradas y abandonadas. El contenido de las naves no es una sorpresa: flora silvestre de la mixteca abarrotan los suelos de la antigua maquiladora.


La nave más productiva es utilizada para albergar a unas botargas: un pingüino, un patito, el vaquero Woody de Toy Story y Mate, personaje secundario de la película infantil Cars.


En la sede del proyecto comercial —que se ubica justo a un costado de la ex nevería Topolino— no hay nadie. Ni siquiera vigilancia, aunque hay un letrero rupestre que advierte: “Vigilancia las 24 horas del día” (sic).

 

Dato curioso: Ayer el periódico La Opinión estuvo a la venta al exorbitante precio de 15 pesos el ejemplar. Además, lo vendían en camionetas, cuyos choferes vociferaban “Es un complot contra Gil Campos”.

 


 
 
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