Friday, 19 de April de 2024


Tragedia y campaña




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El colmo de Enrique Agüera sería que Tony Gali le ganara el mercado juvenil en esta campaña. Ese mercado que se supone debería ser el pulmón de su victoria por los años y años que fue académico y rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

¿Cuántos profesionistas emergieron al mundo laboral durante su rectorado? Miles. ¿Cuántos deben estar agradecidos con él por haber transformado a su Alma Mater? Decenas de miles. ¿Cuántos aquilatan sus resultados? Cientos de miles.

 

 

¿Cuántos de los que en este momento cursan una carrera profesional le reconocen su capacidad y talento? Un universo. Y si somos exagerados, ¿cuántos padres de familia le deben una pizca de gratitud por la manera en que dignificó a la institución formativa de sus hijos? Una galaxia. Por eso pienso que sería una tragedia que habiendo hecho lo más difícil de la vida civil y docente careciera de los argumentos estratégicos de campaña para atraer la energía juvenil, su ímpetu, su irreverencia.

 

 

Andrés Manuel López Obrador hizo viable que en las presidenciales del año pasado el sector juvenil lo siguiera. Se convirtió en su mesías. En su líder, su dulce. Depositaron su confianza en él. Y me atrevo a decir que con menos argumentos visibles y palpables de los que tiene Agüera. López Obrador lo logró sólo con propuestas y discursos, Agüera tiene a la vista logros materiales.

 

 

Cuántas veces hemos oído decir que son los jóvenes los que deciden una elección competida. Muchas. Que en sus manos está la victoria y derrota de los candidatos. Se sabe. Que ellos y los profesionistas son el voto crítico, analítico y pensante. Obvio. Que cuando se lo proponen determinan el futuro de los políticos. Faltaba más.

 

 

Gali no lo dice pero lo sabe. Sabe que si Agüera logra lo que aquí estamos comentando no lo salva ni Dios Padre. Lo desafortunado de Agüera y lo afortunado de Gali es que no lo ha entendido el candidato del PRI porque si lo hubiera entendido su plataforma discursiva y de esquema de comportamiento fuera diferente a como lo acostumbran los priistas tradicionales. Por cierto que tengo muchos amigos priistas a quienes respeto y admiro.

 

 

Agüera fue devorado por la matraca, el acarreo, la farsa, el tamal, el champurrado y las bravatas. Por el viejo molde del candidato priista. Su identidad tendría que ser otra, la de un académico, pero para infortunio suyo es la de un político priista. Me disculpo de antemano si alguien se siente ofendido. Lo que creo es que el PRI y el propio Agüera han desperdiciado hasta este momento su potencial académico y ciudadano. Gema codiciada.

 

 

Caso contrario el de Gali. Su energía, o al menos la que se percibe, es de optimización. Gali está optimizando correctamente todo lo que hizo como secretario de Infraestructura. Con eso está creciendo. Ese es su combustible. Su fuente de poder. Tuvo el tino de rodearse de gente competente acorde a sus necesidades, que le sabe al asunto de las campañas. Ay la lleva. Va bien. Quién gane y quién pierda es asunto de ellos; es lo que pienso.

 

 

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