El riesgo que se corre, de llevarse a cabo el proyecto, según afirma la bióloga Patricia Ramírez Bastida, además de que se expropiarían 600 metros de terreno de cultivo, es que se pondrían en estado de vulnerabilidad alrededor de 114 especies endémicas y migratorias de aves, en las que perfilan garzas, patos, gaviotas y gallaretas.
Señaló que en época de paramiento, alrededor de 6 mil aves sobrevuelan en Texcoco. Y que pueden alcanzar un máximo de 150 mil. En Zumpango se han llegado a registrar 260 mil y un mínimo de 5 mil, que se distribuyen también por áreas de cultivo aledañas.
Además, dada la cercanía con la laguna de Zumpango, las operaciones aéreas también se verían en riesgo pues la cantidad de aves es grande, y en festivales de pirotecnia, se concentran mayormente en esa zona. Por otro lado, el biólogo Raúl Arriaga aseguró que el traslado también representa repercusiones económicas al tener que “iniciar de cero”, y la inversión de tiempo, que como mínimo seria de un año, puesto que se tienen que hacer investigaciones adecuadas para conocer el impacto, entre ellas, la que compete al medio ambiente.
Staff / CAMBIO
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