Así, sin filtros, hemos podido ver en la semana a dos de los candidatos presidenciales defendiendo sus ideas, exponiendo sus propuestas y planteando el país que quieren gobernar.
Por lo que hemos podido ver, hay dos visiones muy claras de país: una que plantea moverse hacia el futuro y otra que ve hacia el pasado intentando encontrar ahí respuestas.
Y es que hemos escuchado propuestas como imponer precios de garantía en el sector agrícola, cancelar la reforma educativa, revisar la reforma energética, otorgar dinero a jóvenes y adultos mayores, cancelar inversiones, además de una confrontación con los empresarios, y a decir de sus asesores, expropiar a quienes no estén de acuerdo.
Esta visión que tiene a sus seguidores, no admite la disidencia ni la crítica.
Cualquiera que cuestione estas ideas es rápidamente acallado en redes sociales por no compartir esta visión de país.
Por otro lado, tenemos otra visión: una que busca que, con base en nuestras fortalezas, construyamos lo mucho que hace falta.
Esta visión plantea fortalecer programas de combate a la pobreza, educación, hospitales, competitividad y mantener la apertura de México al mundo.
Y las dos visiones confluyen en algunos puntos, como el combate a la corrupción y el fortalecimiento de la transparencia.
Ambas visiones son opuestas y excluyentes, y las dos seguirán a discusión en lo que resta de la campaña electoral.
Pero sólo una de ellas vencerá en las elecciones del primer domingo de julio y esa visión conducirá al país y estará presente por seis años.
Por eso es importante que nosotros, los ciudadanos que acudiremos a las urnas, tengamos claro lo que estamos eligiendo.
Más allá de un presidente o un legislador o un gobernador, estaremos escogiendo el país que queremos y que le construimos a nuestros hijos.
Contrastar las propuestas e informarnos de las soluciones que nos proponen y sobre todo cómo piensan llevarlas a cabo, es una obligación de nosotros, los electores.
Contrastar no es disentir, es simplemente buscar mayor y mejor información para tomar una decisión con bases.
Hagámoslo.