Es en estas semanas que los ciudadanos tenemos la oportunidad de escuchar las propuestas, las ideas, los posicionamientos de candidatos y partidos.
Es cuando podemos contrastar y tomar una decisión informada sobre quiénes nos deben gobernar o representar.
Sin embargo, en esta ocasión por encima de las campañas la violencia intentó encontrar un lugar.
Y hoy, lo que debía ser una fiesta democrática, ha enlutado a muchos hogares.
Esta semana, un par de candidatos en Oaxaca fueron agredidos a balazos, uno de ellos fue asesinado y otro más está hospitalizado; en Morelos, un candidato a presidente municipal de Cuernavaca denunció una agresión con disparos de armas de fuego; en Hermosillo, Sonora, una candidata a presidenta municipal denunció que arrojaron a su vehículo una bomba molotov.
De acuerdo con el informe ‘Indicador de Violencia Política en México 2018’ de la consultora Etellekt el número de aspirantes a un puesto público asesinados llegó a 48.
Hasta ahora, de los 48 precandidatos y candidatos asesinados 37 buscaban una presidencia municipal, 10 diputaciones locales y uno más una diputación federal.
Por estado, Guerrero es el estado más violento con 14 asesinatos, seguido de Michoacán, Oaxaca y Puebla, con cinco cada uno, y después el Estado de México y Jalisco con cuatro cada uno.
La violencia, pues, llegó al proceso electoral, y de nosotros depende que se aleje.
Muchos piensan que el votar es simplemente introducir un voto en una urna, pero es mucho más que eso, es fijar una postura respecto a políticas públicas, propuestas de campaña, discursos, actitudes de candidatos o partidos.
El votar nos va a permitir a los ciudadanos rechazar a los violentos, a quienes piensan que dividiendo a México les va a ir bien, a quienes creen que utilizando la fuerza es como obtendrán posiciones de poder.
Votemos para dar un mensaje claro: desterrar la violencia venga de donde venga, construir un país que una a los mexicanos y no que los ponga en extremos opuestos.
Votemos para decirle a los violentos que somos más los que creemos en las ideas, las propuestas, la paz y la concordia.
Votemos para que este proceso electoral concluya como debe ser: con una fiesta democrática y no con sangre en las calles.
Rechacemos la violencia y votemos por un mejor país, en donde la unidad sea la divisa, y la tranquilidad habite en nuestras casas y en nuestras calles.