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Jueves, 05 Julio 2018 03:08

Para Barbosa MM será como el plantón de Reforma; la polarización menguará su bono social

Para Barbosa MM será como el plantón de Reforma; la polarización menguará su bono social Escrito Por :   Javier Arellano Ramírez

El pasado primero de julio López Obrador obtuvo una victoria histórica con una votación abrumadora. Tan sólo las cifras de la elección y la nueva conformación de las cámaras alta y baja nos hablan de un acontecimiento sin antecedentes para un partido de oposición. Pero los altos índices de popularidad de Andrés Manuel no siempre fueron los mismos. Y para esto baste recordar el periodo de la toma de Paseo de la Reforma en los días que siguieron a la elección de 2006.


 

Fue en ese periodo cuando AMLO enfrentó en las urnas al panista Felipe Calderón y al priista Roberto Madrazo Pintado. Inapelable, indiscutiblemente el abanderado albiazul se levantó con un falso triunfo. Eso le valió pasar a la historia como un ‘presidente espurio’. El panista ungido con la banda presidencial se encargaría de reforzar los argumentos de un enorme fraude electoral con su expresión ‘Haiga sido como haiga sido’. Ese episodio quedará plasmado como un capítulo negro en la historia. Meses después iniciaría la falsa guerra contra el crimen organizado que desembocaría en un genocidio nunca antes visto.

 

Pero el punto es que en los días siguientes a este acontecimiento, AMLO cometió una serie de errores políticos que menguaron su liderazgo social. Pero para percatarse de ese debilitamiento tendrían que pasar seis años. Fue en el 2012 cuando quedó en evidencia que los grandes sectores del electorado aún se veían atemorizados por las probables reacciones del tabasqueño.

 

En aquel 2006 fue cuando López Obrador pronunció aquella enfebrecida frase ‘¡Al diablo con sus instituciones!’ y acto seguido convocó a la toma de Paseo de la Reforma. Aquella encendida y airada decisión mermó, menoscabó la credibilidad y el bono social del aspirante presidencial.

 

Por supuesto, sus seguidores y corifeos estaban fascinados con aquellas medidas propias de un radical.

 

Pero a la opinión pública no le parecieron ni fascinantes, ni atinadas. Los grandes sectores de la población vieron a un Andrés Manuel drástico, febril, contestatario. Sus adversarios aprovecharon esas semanas para insistir ‘¿Ya ven como sí es un peligro para México?’ 

 

El político, como cualquier otro ente, puede evolucionar o involucionar; desarrollarse o reducirse. Y en el caso de AMLO, inapelablemente creció en su dimensión humana y política. Han pasado 12 años desde aquel episodio y hoy estamos ante un López Obrador muy diferente; hoy lo vemos sosegado, equilibrado, prudente, ecuánime. Y la sociedad así lo percibe.

 

Muchos de los jóvenes veinteañeros que hoy votaron por AMLO ni siquiera están enterados de aquel pasado radical mostrado en Paseo de la Reforma hace 12 años.

 

El episodio ocurrido en Puebla la tarde del martes 3 de julio en el Hotel MM tendrá un efecto similar al ocurrido en Paseo de la Reforma.

 

Debe subrayarse que Miguel Barbosa Huerta es un personaje poco, muy poco conocido en la ciudad y el estado de Puebla. Su carrera política la inició en Tehuacán y de ahí brincó a la Ciudad de México, sin pasar por la Angelópolis.

 

Ahora llega a Puebla como candidato a la gubernatura y los grandes sectores sociales por primera vez saben de él. Pero hasta hace poco no lo conocían.

 

Si bien es cierto que el efecto, el ‘tsunami’ AMLO creó de golpe toda una nueva generación de políticos morenistas, es igualmente verdadero que Barbosa ha sido un personaje controvertido y polémico, aun en medio del furor lopezobradorista.

 

En toda la entidad -en mayor o menor grado-, se dio esa corriente que siempre propugnó por el ‘AMLO Sí, Barbosa No’. Y esto se vio reflejado en una votación cruzada que alcanzó poco más de medio millón de sufragios.

 

Poco más de 500 mil poblanos le dieron el voto a López Obrador, pero se lo negaron a Barbosa. De ese calado fue la magnitud del voto cruzado.

 

Pero hoy, luego de los acontecimientos en el Hotel MM, Barbosa no se percata de que los grandes sectores sociales de Puebla se encuentran horrorizados ante una violencia poselectoral nunca antes vista en la Angelópolis.

 

Y es que la sociedad poblana, siempre proclive a guardar las formas y la urbanidad, simplemente no puede aceptar que en su ciudad, en su zona metropolitana ocurra un episodio como el visto en decenas de videos.

 

Barbosa tampoco se da cuenta de que a su corte, formada por Nancy de la Sierra, José Juan Espinosa, Alejandro Armenta y Fernando Manzanilla tampoco le interesa crearle un buen ambiente social en Puebla. Para todos esos personajes es una prioridad, una necesidad urgente enturbiar y ensuciar el proceso poblano. Esa es su manera de vengarse de los agravios pendientes con el morenovallismo.

 

No les interesa el costo social que se endosa a Barbosa luego de la violencia desatada en el MM, sólo les interesa ensuciar la imagen de Martha Erika Alonso. Ése es su objetivo y propósito único.

 

El litigante Barbosa tardará unas semanas en percatarse de que aquella violencia en el MM tendrá un efecto equivalente a la toma de Paseo de la Reforma. Al interior de su círculo fue un éxito eufórico, pero al exterior fue un desastre.

 

Y la sociedad poblana no tardará en extenderle la factura.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.

 

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