El tema de fondo es que estas acusaciones pueden o no tener relación con los recursos públicos que utilizó como alcalde. En todo caso se le pudieron fincar cargos con en base en investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Pero tal parece que el manejo irregular de 115 millones de pesos obedece a fondos que Paisano manejó de algún rubro ajeno a la administración municipal.

 

El alcalde debió utilizar su investidura para tener acceso a negocios ajenos a su Ayuntamiento. Esto es muy común: los ediles se convierten en socios o prestanombres de acaudalados delincuentes que los utilizan para lavar dinero en sus respectivas regiones.

 

No se olvide cuando hace años una organización delictiva entró a Puebla con el pie derecho gracias al apoyo de Alberto Jiménez Merino, con el pretexto de criar búfalos.

 

Hasta el cierre de esta entrega, la Procuraduría General de la República (PGR) aún no ha explicado los pormenores del proceso contra Paisano y cómo manejó esos 115 millones de pesos.

 

¿De dónde provienen esos recursos?, ¿Del crimen organizado?, ¿De otros alcaldes que arman empresas ficticias de la noche a la mañana?

 

Debe recordarse que en la administración de Paisano se han dado otros episodios oscuros. La noche del domingo primero de julio fue ejecutado un hombre identificado como Vicente Tolama Flores, cuñado del edil de ese municipio, Leoncio Paisano. La víctima se encontraba junto con otro individuo cenando en una taquería cuando un grupo armado llegó al lugar para acribillarlos a quemarropa. Fue una ejecución directa, sin titubeos.

 

El doble crimen nunca se esclareció y Paisano tampoco mostró interés en que se aclarara.

 

¿En qué está metido Leoncio?, ¿Cuáles son sus nexos oscuros?, ¿Con quiénes se relacionó?

 

Paisano Arias se suma a la lista de alcaldes poblanos que están hundidos en el lodo. Como aquí lo apuntamos, hay munícipes involucrados tanto en el huachicol, como en el narcotráfico o la trata de personas.

 

Pero con esta Secretaría General de Gobierno nadie le advierte a la señora Martha Erika Alonso sobre el riesgo de acercarse a determinadas personas y tomarse fotografías que -tarde o temprano-, resultarán incómodas.

 

Porque la labor de búsqueda y procesamiento de información política y de seguridad está muerta desde los meses en que Fernando Manzanilla era el titular de la dependencia. Y esto se recrudeció con el arribo del oaxaqueño Diódoro Carrasco Altamirano. 

 

Por esa razón las investigaciones de la PGR y su brazo élite, la SEIDO, caen como cubetas de agua helada sobre la clase gobernante poblana. Porque son golpes sin aviso alguno.

 

En Puebla simplemente desapareció la labor de inteligencia política y aquí están las consecuencias.

 

Pero espere generoso lector, porque habrá más casos.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.