Empero las propuestas, las ideas, el ejercicio del pensamiento político son los grandes ausentes en este tiempo de la política poblana.
Pese a este escenario, que bien puede describirse como dantesco, hay un protagonista que hace de la mesura y la prudencia su sello distintivo. Ese es el carácter que desde siempre ha mostrado Luis Banck Serrato. No es de ahora, es desde hace años. Su personalidad es serena, ecuánime, equilibrada. Cuando a su alrededor se encienden y se desbordan los ánimos, cuando se alteran los argumentos, Banck siempre permanece apacible.
El gobierno municipal que recibió el edil ya tenía una orientación y sentido. Pero correspondió a Luis darle su toque personal. Toda actividad humana es un ejercicio de la creatividad e imaginación. No sólo un pintor o un escultor tienen estas características. También deben tenerlas los políticos y en este sentido Banck hizo de la creatividad política un hábito, al llevar sus tesis al Charlie Hall.
Tal y como lo hizo en la Secretaría de Desarrollo Social, Luis ha mostrado una profunda preocupación por los sectores sociales marginados. A ellos se enfocan sus esfuerzos. Evidentemente no se pueden resolver en unos meses los rezagos de décadas. Banck no puede abatir los índices de pobreza y marginación que se gestaron en los últimos 40 años.
Como tampoco se puede abatir de manera instantánea una ola de violencia que flagela a todo el país. Las cifras del genocidio son devastadoras. El año 2017 fue el más violento de las últimas décadas. Y lamentablemente Puebla no puede sustraerse a este contexto.
Tanto Banck como Gali comparten un mismo drama: no les alcanza el tiempo para desarrollar su capacidad operativa; los pocos meses de gestión son insuficientes para todas las ideas y propuestas que pueden aplicar.
Este día el alcalde rinde su informe de gobierno. Las críticas no faltarán, pero en la balanza de la sociedad poblana es claro que tiene una inclinación a su favor.
Dulcería poblana.
Diódoro Carrasco: la extravagancia oaxaqueña en su apoteosis
El gasto ejercido por el secretario Diódoro Carrasco Altamirano para decoración es ofensivo, no sólo para la sociedad poblana, sino también para el gobierno de Gali Fayad que se ha conducido ajeno a los derroches grotescos.
La nota del portal e-consulta que exhibe un gasto de 1.3 millones de pesos en mobiliario y decoración bien debe ser retomada por medios nacionales para exhibir a un político que ya es inoperante, tanto en su natal Oaxaca como en Puebla.
Diódoro nada aporta.
Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.