Hace unos meses un grupo de panistas poblanos, todos ellos militantes congruentes, auténticos; mujeres y hombres formados en las lides albiazules, se reunieron para librar dos batallas; la primera era la de apoyar a Anaya en sus aspiraciones presidenciales. Y la segunda no menos trascendente, enfrentar al morenovallismo corriente que se ha encargado de liquidar, abatir al panismo tradicional.
Ahí estaban Humberto ‘El Tigre’ Aguilar Coronado, Rafael Micalco, Juan Carlos Espina, Eduardo Rivera Pérez, Juan Carlos Mondragón, Augusta Díaz de Rivera, entre otros. Bajo el halo de las aspiraciones anayistas se unieron, creyendo que habían encontrado un nicho para enfrentar a Rafael Moreno Valle.
Se hicieron llamar ‘Identidad Panista’ y debe subrayarse la esencia, la naturaleza de este grupo que se conformó con auténticos, coherentes y combativos militantes. Una y otra vez lo declararon: “Vamos a buscar posiciones electorales”. Para ello esperaban contar con el apoyo de la cúpula nacional del PAN y de su líder, el aspirante queretano.
A tres meses de distancia las preguntas se hacen forzosas: ¿Cómo pagó Ricardo Anaya a este grupo de entregados militantes? ¿Qué les dio? ¿Cuál es su actual situación en el mapa de la política poblana?
Y aquí deben recogerse algunos datos que parecen aislados. No debe olvidarse que el golpe letal contra Rafael Micalco partió precisamente desde la ‘Santa Inquisición’ albiazul, la llamada Comisión de Orden y Disciplina Intrapartidista del Comité Ejecutivo Nacional que encabeza Luis Felipe Bravo Mena.
La candidatura de Eduardo Rivera Pérez no fue un regalo de Anaya. Al contrario, fue aprobada y aceptada por la pareja Moreno Valle-Alonso; sin ellos nunca hubiera pasado.
Por esto debe preguntarse: ¿En qué situación están todos aquellos panistas que se pusieron la camiseta con las letras de Anaya? Hasta el cierre de esta columna esos militantes están doblemente abandonados y marginados. Ahora no sólo por Rafael, sino también por Ricardo.
Y en esta Cúpula lo hemos enfatizado. El candidato presidencial de Por México al Frente llegó a Puebla en un estado de postración. Luego de una cadena de enfrentamientos internos que comenzaron con Margarita Zavala, siguieron con Gustavo Madero, después con Javier Lozano Alarcón y en horas recientes con Javier Corral, el suspirante Anaya está en un estado de fragilidad extrema. Por esta razón ya no podía abrir otro frente en Puebla, lo que le hubiera costado la votación del quinto padrón estatal del país.
Anaya llegó doblado a Puebla y tuvo que aceptar todas las condiciones y antojos de Moreno Valle. Incluyendo las dos últimas posiciones entregadas que son las de Nadia Navarro Acevedo y Mario Riestra como abanderados al Senado de la República.
Y en esas negociaciones simplemente borraron, ‘cepillaron’ a los miembros de ‘Identidad Panista’.
Pero hay un dato que el lector no debe perder de vista. Y es que este grupo también está distanciado de la campaña de Rivera Pérez. Es decir, no sienten como suya esa trinchera.
La respuesta la podemos encontrar en una entrevista que hace unos meses Aguilar Coronado concedió a Ricardo Morales. Ahí ‘El Tigre’ claramente dijo que durante los años del gobierno municipal de Rivera nunca fue invitado a participar.
Tal parece que en esta ocasión el ‘Príncipe del Yunque’ también se olvidó de sus otrora amigos de ‘Identidad Panista’.
Al tiempo.
Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.