Hay un factor que fue determinante, decisivo para esta acción de la cúpula de Morena. La carta suscrita por un grupo de gobernadores panistas desató la dura respuesta del presidente electo: “…no voy a ser rehén de nadie, no voy a dejarme chantajear por nadie”.

 

La declaración debe verse como un aviso a tiempo para que los mandatarios moderen sus mensajes, so pena de desatar un enfrentamiento político.

 

De acuerdo con fuentes de primer nivel la misiva sólo vino a polarizar, a radicalizar aún más las diferencias entre las dos fuerzas políticas: panismo y morenismo. El albiazul pretende erguirse como la primera fuerza opositora del país. Pero en este momento el caso Puebla queda como un sándwich, en medio de los dos bloques.

 

Por ello el interés mayúsculo de la élite lopezobradorista para llevar el resolutivo hasta el miércoles 5 de diciembre. Buscan que el dictamen se resuelva en otro terreno, en otra cancha.

 

Por su parte el morenovallismo apoyado por sus aliados peñistas y una parte de la burbuja panista dará su gran batalla para que todo se resuelva este miércoles 28.

 

Aparentemente la pelea es por una semana de diferencia, pero en el fondo representa dos liderazgos y dos eras de México.

 

Estamos a horas de saber el resultado de esta lucha de fuerzas.    

 

La Puebla de Claudia, en ruta a convertirse en Poza Rica

 

El problema no sólo son los hechos delictivos; la violencia con la que se cometen los crímenes; el mensaje que envían al masacrar a varias personas en el Mercado Unión o dejar cuerpos en la colonia Jorge Murad. 

 

Verdaderamente el problema de fondo es la inoperancia, la total falta de conocimiento en la materia que demuestran la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco y su equipo.

 

Desde hace meses en esta Cúpula anticipamos que venía una ola de violencia extrema. Y explicamos claramente las causas.

 

Son dos periodos de transición política; tanto la presidencial como la gubernatura. En estos periodos de relevo queda un vacío de poder; el que se va está perdiendo la jefatura y el que entrará nada puede hacer porque todavía no es autoridad.

 

Desde siempre esos procesos de transición son agitados, pero en el actual escenario la efervescencia criminal se esperaba aún mayor. Lo apuntamos desde hace meses. La política nacional y estatal están en una transición y este vacío es explotado por la delincuencia organizada.

 

Pero, ¿En estas semanas qué hemos visto? La alcaldesa causando polémicas banales a causa de sus tenis; bailando; pintándose de catrina; apareciendo en desfiles…

 

Todo indica que la presidenta entiende la política como un ejercicio de frágil populismo; usando tenis piensa que se muestra ‘casual’ y ‘cercana’ a los jóvenes; lo mismo cree cuando se pinta de catrina. Quiere aparentar ante el colectivo social una imagen ‘juvenil’ y ‘fresca’, alejada completamente de la rigidez del político tradicional. Por ello recurre a la frase ‘Voy a romper paradigmas’.

 

Es el momento que alguien le diga a la funcionaria que usar tenis no representa propuesta alguna de administración pública innovadora o vanguardista. Es urgente que alguien le diga que pintarse de catrina no representa una aportación a la salud de la polis.

 

Un populismo ramplón puede ser motivo de polémica en redes sociales, pero sólo por un plazo de 24 horas y después vendrá el desencanto, cuando los poblanos vean que detrás de los tenis y del maquillaje de catrina no hay propuestas ni de Seguridad Pública, ni de urbanismo y mucho menos de administración pública.

 

También lo apuntamos hace semanas, la designación de María de Lourdes Rosales Martínez, el ‘Huracán Lulú’, como secretaria de Seguridad Pública y Tránsito Municipal es un grave error. La dama es una teórica en la materia, pero nada sabe de trabajo de campo. La funcionaria no puede contra el clima de violencia porque ni siquiera sabe por dónde comenzar.

 

Seguiremos viendo balaceras, ejecuciones, cuerpos arrojados en diferentes colonias, por una simple y sencilla razón; porque la alcaldesa Rivera Vivanco y su equipo de trabajo no tienen una estrategia real de seguridad.

 

Ella seguirá llevando un ejercicio público de mucha forma, pero con ausencia de fondo. Por una simple razón: porque así entiende la política.  

 

Puebla ya estaba en un problema, pero con este Ayuntamiento va en ruta a entrar a una vorágine de violencia tipo Veracruz. La Angelópolis está en la antesala de convertirse en otra versión de Poza Rica.

 

Al tiempo.

 

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