El destape que hizo la diputada Rocío García Olmedo se autoeliminó al manifestar su abierto deseo de que el PAN gane el futuro proceso extraordinario. Efectivamente, Tony Gali Fayad hubiera sido el indicado, el idóneo, el ideal, pero en este momento ha tomado la batuta de jefe político de su grupo y eso lo descalifica para el interinato.

 

Los académicos y ex rectores que se han mencionado son un magnífico ejemplo de la palabra ‘parapeto’, unos maniquís parlantes, pero cuya incapacidad para conducir a la entidad, aunque fuera por unos meses, podría desatar consecuencias devastadoras.

 

Y los otros nombres que se mencionan para ocupar el efímero cargo nos dejan un sabor a desolación. Simplemente no hay figuras que tengan la estatura, la vocación política, la cercanía con la sociedad para ocupar, aunque sea por unos meses, el honroso cargo.

 

A la vista no hay un personaje equilibrado, ecuánime y con la estatura que le permita ocupar la breve autoridad.

 

Si bien es cierto que aún falta un tortuoso trecho para elegir al gobernador interino, la realidad es que desde este momento se están moviendo los ejércitos electorales de Puebla rumbo a la elección extraordinaria.

 

Tanto el panismo como Morena preparan a sus huestes para la segunda gran batalla por la gubernatura. No hay un minuto de descanso.

 

En horas recientes el portal informativo Sin Embargo publicó una nota sin firma, en la que hace una breve descripción del grupo del senador finado.

 

A la letra apunta “El grupo de Rafael Moreno Valle (que heredaría Martha Erika Alonso) ha quedado en la orfandad…   …Decenas de políticos han quedado a la deriva en Puebla. Ahora buscan mantener la cohesión, porque hay dos vacantes claras: el líder del morenovallismo, y el candidato a la gubernatura”.

 

Y efectivamente, el otrora poderoso morenovallismo hoy ya no tiene a Moreno Valle. Es un imperio sin emperador. Aunado a eso tienen en contra a un presidente de la República que públicamente les ha mostrado una radical aversión; un Congreso local en ánimo rijoso y porril; además de legisladores federales que no perderán la oportunidad de terminar de lapidar lo que queda de aquel bloque hegemónico.

 

En este escenario de polarización y ánimos exacerbados nunca antes visto, evidentemente obtendrá una ventaja, en la moral de la sociedad, la voz que convoque a la conciliación entre los poblanos.

 

Y esta palabra será el eje central de la contienda: la conciliación; misma que tiene un visible representante.

 

En esta Cúpula desde siempre nos hemos referido a él como un político equilibrado, ecuánime, sereno y prudente, que simplemente no conoce el significado de la palabra ‘visceral’.

 

Fue uno de los más cercanos colaboradores de Rafael Moreno Valle en la Secretaría de Finanzas y Administración; tomó el área de Desarrollo Social, lugar en el que sentó los lineamientos de la base, del piso del morenovallismo. Se adentró en las sierras Norte, Nororiental y Negra de Puebla; conoce a profundidad todos los municipios marginados y rezagados.

 

También fue un alfil en el gabinete de Melquiades Morales Flores.

 

Gracias a su conocimiento del interior del estado, en la contienda del año 2010 quedó a cargo del área de operación electoral. Más tarde tuvo bajo su responsabilidad la secretaría que conduce los programas sociales. Su equilibrio lo llevó a guiar el gobierno de la ciudad de Puebla donde realizó una gestión ecuánime y prudente.

 

Hoy se perfila como el obligado prospecto de la coalición Por Puebla al Frente para la gubernatura 2019–2025.

 

El morenovallismo sin Moreno Valle de ninguna manera está liquidado o agotado. Evidentemente enfrenta la encrucijada mayor: la de la sobrevivencia. Pero sin duda alguna Luis Banck Serrato es la figura indicada para contender por la próxima gubernatura.

 

Al tiempo.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.