Hace unas semanas se dio a conocer que el año 2017 fue el más violento en la historia del México contemporáneo. Una realidad que va desde Tijuana hasta Playa del Carmen; un escenario inocultable que coloca al país en un inapelable genocidio.
Puebla aún no tiene problemas con la gravedad de sus vecinos: Veracruz, Morelos o Guerrero; pero tampoco puede ufanarse de ser una isla. Lamentablemente la violencia es parte del escenario real de ésta Puebla.
Es menester subrayar dos puntos fuertes en la estrategia de seguridad local. Apenas el día de ayer la activista Isabel Miranda de Wallace declaró que en lo que va del sexenio de Peña Nieto se cometieron poco más de 10 mil secuestros. Una cifra que nos habla del horror, del desastre nacional y la catástrofe humanitaria.
Pero en este punto debe enfatizarse que Puebla tiene uno de los mejores grupos anti-secuestros del país: la llamada Fiscalía de Secuestro y Delitos de Alto Impacto (Fisdai), bajo la dirección de Fernando Rosales Solís.
En otro renglón debe reconocerse que el despliegue que se lanzó ayer para cercar a un grupo de peligrosos sicarios demostró el trabajo que desarrolla Manuel Alonso García, Secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.
Desde hace un par de meses se filtró la información de que estaba en marcha un dispositivo de seguridad expresamente dirigido al Centro Histórico. Ayer quedó demostrado que ese cerco existe y que funciona. El atentado no podía evitarse; los grupos delincuenciales están acostumbrados a actuar en forma rápida y sincronizada.
En el bajo mundo se dice que los sicarios no se pueden equivocar, so pena de pagar las consecuencias con su propia existencia. Por eso es tan difícil actuar de manera instantánea para responder a una acción de la delincuencia organizada. Pero ayer quedó demostrado que si es posible; que si pueden crearse cordones, cercos que impidan la libre operación de criminales.
Por lo pronto y en esta ocasión Alonso García pudo entregar buenos resultados a los poblanos y a su jefe el alcalde Luis Banck Serrato. Por la salud de la polis, de la ciudad, deseamos que siga así.
Dulcería poblana La polarizada prensa poblana.
Tomando el título de una magnífica película del Hollywood de 2002, ‘La suma de todos los miedos’, nos podemos referir también al ejercicio mostrado por la prensa poblana en las últimas semanas.
El periodismo local se ha dividido en dos frentes: Los ‘Amlofílicos’ y los ‘Pejefóbicos’. Esto nos habla de las cifras reales, auténticas, verdaderas, que están sobre los escritorios de quienes ejercen el poder.
Tantos misiles y bazukazos contra los candidatos de Morena solo son síntoma de una profunda preocupación. Paulatinamente la misma prensa nos revela el tamaño de la alarma.
Pese a todos los errores, pifias y anomalías cometidas por las cabezas visibles del partido lopezobradorista todo indica que siguen causando un agudo nerviosismo.
En este rubro debe destacarse que DIARIO CAMBIO es uno de los ejemplos de periodismo equilibrado.
Paola Migoya, explosiva y volátil, arrasará en los tres debates propuestos.
Su estilo es singular, agudo, frío, calculador; Paola Migoya hizo de su declaración la embestida central contra Miguel Barbosa y Gabriel Biestro.
Y es que el tema de la venta de candidaturas en Morena es una ola expansiva que recorre la entidad. Hasta el momento los dirigentes de ese partido han minimizado esta crisis y al hacer oídos sordos, solo dieron más fuerza al rumor.
Es evidente que con ese perfil aguerrido y caustico Migoya sacará lumbre en los tres debates propuestos dentro de la carrera por llegar al Charlie Hall.
Y es que desde el punto de vista de la polémica sus adversarios son muy opacos, comenzando por la señora Claudia Rivera Vivanco.
Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.