En los pocos años que he presenciado la vida política de nuestro país nunca había visto una muestra tan grande de efusividad, felicidad, esperanzas y lágrimas por el arribo de un nuevo mandatario, tampoco había visto un repudio tan grande hacia un presidente saliente. El país se paralizó por completo, las comunidades indígenas tuvieron sus calles vacías y mucha gente se aglutinó como si se tratase de un partido de la selección mexicana para escuchar con atención el discurso del nuevo representante de la nación. La fiesta siguió en todo México, muchos fueron los que no dudaron en demostrar el sentimentalismo provocado por Obrador y recordaron incluso a familiares y amigos que “se quedaron en el camino” pero fueron fieles a la causa obradorista.

Por la tarde se llevó a cabo la “otra toma de protesta” que consistió en la entrega del bastón de mando por los representantes de los 68 pueblos originarios de México, el cual simboliza el poder y la jerarquía de los líderes, con esto AMLO se convirtió en el primer presidente en recibir tal congratulación. Un acto muy apreciado por la comunidad por el simbolismo que éste representa y la responsabilidad que conlleva este compromiso con las poblaciones más olvidadas.

El análisis no cae en el elogio, pero sí en el reconocimiento por lograr motivar a un pueblo tan lastimado, incrédulo y hasta indiferente a la vida pública del país. El cumplimiento de todo lo prometido en el recinto de la toma de protesta será material para otros tiempos.

La duda que ahora acongoja a muchos es hasta cuándo este sentimiento de bienestar y aires de cambio alcanzará para tapar los grandes y repetitivos errores y deslices de muchos gobernantes municipales emanados del partido en el poder, lo mencionado en este espacio hace una semana se quedó corto a las impresiones generadas en los últimos días por las ruedas de prensa protagonizadas por alcaldes que culpaban al llamado ‘PRIAN’ de una conspiración en su contra para dañar sus gobiernos, conspiración que según sus coherencia ha provocado la ola de crimen y violencia desatada en el estado en los últimos días.

La cuarta transformación comienza con la cabeza en alto, y una frase dicha por un ciclista a AMLO queda como eco en la mente de muchos “no tienen derecho a fallarnos”

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Este domingo el magistrado del TEPJF, José Luis Vargas Valdez, publicó en su cuenta de Twitter el proyecto de nulidad para la elección de Puebla, el cual será votado en próximos días por los magistrados restantes. Son muchas las opiniones vertidas y más las esperanzas movidas por esta publicación.

Por los pasillos panistas se escucha preocupación, pero en público las declaraciones son las mismas “esto no representa nada”, “el magistrado está violando el artículo 131 de la Ley Orgánica del PJF”, “MEA será la gobernadora”.

Por su parte, en los pasillos morenistas la celebración se nota y son muchos los que ya visualizan a la cuarta transformación ocupando Casa Puebla. 

El tiempo dará la razón a quien la tiene.