Este lunes 24 de diciembre en plena víspera de Noche Buena los poblanos recibimos la que podría ser la noticia más impactante de los últimos años; el fallecimiento de la gobernadora Martha Erika Alonso y el ex gobernador Rafael Moreno Valle por el desplome del helicóptero en donde viajaban.

Por un momento el shock emocional invadió la mente de muchos de nosotros por la lamentable tragedia y (sin perder la humanidad) por el futuro político de Puebla tras esta noticia.

¿Qué sigue? Según lo marcado en la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla el Congreso del Estado deberá nombrar a un gobernador interino a la espera de que se lleve a cabo una elección extraordinaria en no más de cinco meses.

La incertidumbre reinará en el panorama político del estado cuando el tiempo de luto termine. Se escucha muy poco en los pasillos y nadie se atreve aún a hacer una declaración al respecto, algunos por educación y otros sólo por el miedo de ser tachados como insensibles.

Hoy las cosas cambian totalmente, las redes sociales se llenaron de acusaciones y revelaron la falta de humanidad que impera en estos tiempos. Algunos con crueldad celebran la tragedia como si se tratase de un triunfo electoral, otros no menos crueles juran un atentado y culpan al presidente Andrés Manuel o al ex candidato Luis Miguel Barbosa.

Las investigaciones arrojaran resultados y verdades que podrían cambiar aún más el panorama, muchos son quienes juran un atentado, yo no apoyo aquellas versiones conspiranoicas y soy fiel a la versión de un accidente aéreo.

Será en enero cuando el tablero político empiece a mover sus piezas, ahora sin quien algunos llamaron "el hombre más poderoso de Puebla" y con el grupo político que mantuvo el poder en Puebla por más de ocho años sin un líder que los lleve a la elección extraordinaria.

En la pasada columna hacía alusión al inicio de una historia sacada de Game of Thrones, hoy no tengo alusión, sólo respeto.