Para nuestra desgracia, a los poblanos ya no nos sorprenden este tipo de acontecimientos.
Recuerdo el problema del huachicol contado en voz de la gente de la región como un problema local, producido en la zona de Quecholac y Palmar de Bravo, hace ya más de 10 años, para entonces no había daños colaterales.
En Puebla, sobre todo en el Triángulo rojo, hace ya mucho tiempo que las cosas dejaron de ser tranquilas.
Diversos municipios desde la zona de Acatzingo, hasta Ciudad Serdán y otros más en la Sierra Norte en los límites con el estado de Hidalgo han sido afectados por grupos delictivos que tomaron como principal actividad el robo de combustible.
Sin embargo, en la actualidad no solamente existen huachicoleros; también hay secuestradores, asaltantes a trasporte de carga y todo tipo de delitos involucrados con grupos del crimen organizado.
La inseguridad se convirtió en el punto crítico que puso en peligro la gobernabilidad en Puebla.
Las autoridades municipales del periodo 2014-2018 fueron rebasadas y ni qué decir de las estatales y si le sumamos que los que van entrando no tienen un plan al respecto y nadie los orienta: "Houston, we have a problem".
Estamos en un momento de incertidumbre en Puebla.
Apenas el gobierno federal tiene algunos días de haber asumido el mando y han llegado elementos de una nueva Guardia Nacional que más bien son personal del Ejército Mexicano que por su puesto ya habían estado en Puebla en ocasiones anteriores y esto de alguna manera comienza a darle a los ciudadanos un poco de tranquilidad. Pero…
¿Cuál es el plan?
¿Qué decisiones determinantes tomarán las autoridades de los tres niveles para devolver la paz a los poblanos?
Si no se resuelve pronto el tema electoral Puebla entrará en una fase intensa de ingobernabilidad.
¿Quién va a tomar las decisiones?
¿Quién le dará seguimiento a las estrategias de seguridad?
No sabemos con certeza qué es lo que suceda en próximos días, ni de quién nos vaya a gobernar, pero de lo que sí debemos estar seguros es que un gobierno que no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos no puede garantizar ninguna otra cosa.
No es momento de indecisiones.