Mientras unos trabajan, otros se alían para aprovechar posiciones con fines ajenos al compromiso de la institución. Y en este juego unos fortalecen y otros debilitan el trabajo que se emprende para atender los derechos de las víctimas y promover el ejercicio de la justicia para todos.

El objetivo es claro: descarrilar a un equipo, un trabajo, los avances y resultados que se ha anotado la institución los últimos años, bajo la responsabilidad del fiscal Víctor Carrancá Bourget, hombre reconocido y respetado internacionalmente, como ocurrió la semana pasada en Chile y anteriormente por la Casa Blanca.

Y por si fuera poco, en México la Procuraduría General de la República trabaja con los manuales que ex profeso le diseñó.

Sus logros en Puebla están a la vista. Al arrancar la anterior administración estatal comenzó por conseguir un edificio acorde a las necesidades y garantizar la integridad del personal que se movía bajo el apuntalamiento de sus muros sobre lo que Protección Civil ya había alertado de los posibles riesgos.   

Creó el Instituto de Ciencias Forenses y su equipamiento con tecnología de última generación, proyecto certificado como el mejor en la República Mexicana.

Cuando fue invitado para hacerse cargo de la Procuraduría General del Estado hace más de siete años, se tuvo confianza en su desempeño, al tratarse del miembro de una de las familias más prestigiadas en el terreno del derecho penal, con bibliografía y sabiduría como los casos de los doctores Carrancá Trujillo y Carrancá Rivas.

Actualmente es el representante de los procuradores de la zona centro del país.

Y después de todo esto, surge una interrogante, ¿por qué no lo dejan trabajar?

Otra, ¿por qué desde adentro pareciera que existe el empeño de  desvirtuar su trabajo? cuando cabe destacar que se está logrando la desarticulación de bandas delincuenciales que han ocasionado mucho daño, han hecho correr mucha sangre y enlutado a familias.

El fiscal Carrancá no necesita nuevas oportunidades, sólo requiere de las condiciones para trabajar y entregar los resultados a los que se comprometió, para garantizar la seguridad y paz que todos los poblanos exigimos y que se han convertido en tema recurrente de las actuales campañas.

En esta responsabilidad las corporaciones policiacas deben sumar esfuerzos, alertas con la realidad a que nos enfrentamos con la baja de 800 efectivos que de un día para otro fueron puestos en la calle y que se convirtieron en una amenaza para la paz y el orden.

Ya sabemos que en México en todos los ámbitos tenemos gente que  analiza y personajes tóxicos que todo lo critican y le apuestan al fracaso. Como el reciente chisme de una fiesta de los seleccionados, sobre la cual han llovido todas las críticas.

Es el momento de ser más reflexivos y respetuosos porque si analizamos, nadie es perfecto, mucho menos los que se sienten plus cuan perfectos.