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Martes, 18 Septiembre 2018 02:18

Y… después de las fiestas patrias ¿qué sigue?

Y… después de las fiestas patrias ¿qué sigue? Escrito Por :   Irma Sánchez

A juzgar por los hechos, recrudecer posiciones.


 

Mantener con el más bajo perfil la figura del presidente Enrique Peña Nieto, a quien hasta los niños de los primeros grados escolares ya lo toman como blanco de sus bromas, desde luego repitiendo lo que escuchan en casa.

 

Enrique Peña Nieto de la mano de ‘su familia’ tendrá que soportar juicios ligeros, bromas, reproches, calificativos que lo colocan como una persona de coeficiente intelectual muy bajo.

 

Paralelamente los mismos mexicanos van elevando expectativas sobre lo que esperan del próximo presidente, Andrés Manuel López Obrador. Y lo cierto es que el famoso y querido AMLO ni tiene barita mágica, ni tiene recetas mágicas para cambiar a una nación descompuesta a lo largo de un proceso de 80 años.

 

Es decir, en términos médicos, “la esperanza de México” recibe un enfermo con muchas complicaciones que no será fácil sacar delante de un día para otro.

 

Por ello, lo que más conviene a cada uno es asumir una posición responsable y definir un proceso de reordenamiento para que  esta nación que nos da todo ¡cambie! su rumbo y salga adelante, fortalecida con todos, que finalmente somos los destinatarios.

 

AMLO, como candidato en campaña hasta el mes de junio, nos prometió tantas cosas que parecía la respuesta a cada una de nuestras demandas.

 

Hoy, como presidente electo, ha tenido que ir metiendo reversa en muchas cosas, porque sencillamente las cosas no resultan tan fáciles ya despachas del otro lado del mostrador, y los males que aqueja la nación están arraigados.

 

¿Qué sigue?

 

¿Yo qué puedo aportar?

 

Todos, desde las más sencillas responsabilidades ciudadanas, debemos convencernos que ya resulta impostergable sumar esfuerzos para conformar un tejido de solidaridad ante tantos temas pendientes derivados de la corrupción con la que hemos vivido desde el regalito al maestro para una mejor calificación, hasta un guiño a un agente de Tránsito después de pasarse un alto o estacionarse en lugar prohibido, formarse dos veces en una fila para un obsequio, regatearle a quien nos trabaja, tirar la basura en la vía pública, buscar cómo le compartimos menos a Hacienda, y bueno, qué le puedo decir de los ‘chupaductos’, asaltantes, ladrones, violadores y un sinfín de acciones que representan la escoria de la sociedad y el pus de una nación muy enferma, como ya lo definió el  presidente electo, “un país en bancarrota”

 

     

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