Mire usted las tres frases que figuran como el ¡ábrete sésamo! Son:
1.- “Todo se atiende y revisa a partir de la perspectiva de género”
2.-“Cero tolerancia a la corrupción”
3.-“Cultura de la movilidad”
Jugando con estas tres, usted lo mismo podrá hablar de los problemas de tránsito –movilidad- que de la falta de seguridad, el ambulantaje, los paseos y jardines abandonados, en fin.
El discurso de la perspectiva de género es obligado como para que entienda el interlocutor que si no se toma en cuenta a las mujeres, se les atiende, cuida, procura, se les lleva en primer sitio, no se resuelve ni mueve nada.
La “cero tolerancia a la corrupción” pronunciada en tonos altos y tajantes hace que se nos olviden los videos del famoso ‘Señor de las ligas’ con las maletas repletas de billetes.
Y con “la cultura de la movilidad” lo mismo podemos hablar de los más pobres que han vivido resignados a su miseria porque no han podido avanzar en la vida con mejores expectativas, -ya sabe usted porqué- por la voracidad de unos cuantos que se robaron hasta los pizarrones y revivieron muertos para quedarse con apoyos como los de más de 60.
Esto aplica también a los problemas de tránsito que con las últimas decisiones –carriles para bicicletas, metrobús y hasta baches sin atender- cada vez se complican más los problemas de traslados de la gente lo mismo en vehículos particulares que en públicos y ahora hasta en bicicletas, motocicletas y hoy hasta con patinetas en las que muchos jóvenes se trasladan largos trayectos deslizándose por las famosas vías rápidas que de rápidas ya sólo les queda la clasificación.
Y con estas tres usted también pruébele ante cualquier circunstancia.
Y todavía más, si dentro de sus vísceras acumula coraje o frustración, el discurso le saldrá más parejito en la dosis necesaria de rencor para impactar a su interlocutor.
Esto es básico en la transformación de cuarta, como ya la identifican y llaman algunos.
Con todo respeto.